¿Qué esperamos de DAVOS?: el común de los pueblos
A pocos días de haber culminado, en Davos – Suiza, la 54 Reunión Anual del Foro Económico Mundial, me permito recordar que, según su página de presentación en la web es “la Organización Internacional para la Cooperación Público – Privada. Proporciona una plataforma global, imparcial y sin ánimo de lucro para una conexión significativa entre las partes interesadas con el fin de establecer la confianza y crear iniciativas para la cooperación y el progreso. Juntos podemos mejorar el estado del mundo”.
En ese sentido, se deduce que los problemas y soluciones comunes de todos los pueblos del planeta requieren que sea el trabajo coordinado y con criterio de cooperación, de los gobernantes, de las empresas y de la sociedad civil; es decir, de todas las partes interesadas.
Razón por la cual, hay que ver con buenos ojos el retorno de China, que se hizo presente con nutrida delegación, a fin de “descongelar sus relaciones con la comunidad internacional”, y manifestando su disposición a estar abierta a los negocios, como “una oportunidad de inversión, no como un riesgo”, según lo manifestado por el primer ministro chino, Li Qiang. Asimismo, tuvo singular importancia la asistencia de la India, cuyo desarrollo económico, considerada hoy como “centro mundial de negocios”, viene diversificando su presencia en todos los hemisferios. En el mismo sentido, el interés de la Unión Europea de ampliar su cobertura de acción, reforzando sus relaciones con países, inclusive, que se encuentran en conflictos bélicos, como es el caso de Ucrania, abre el abanico de posibilidades de la búsqueda de entendimientos económicos.
Hasta aquí, todo aparece como un panorama propicio para tener expectativas de que, efectivamente, el estado del mundo puede mejorar, pero nos olvidamos de que el tema económico no está desligado de lo político – ideológico y, en torno a la comunidad internacional, a lo geopolítico. Por lo tanto, si las grandes potencias económicas, sean estas de oriente o de occidente (liberales o socialistas) no dejan de manejar a sus pueblos, como instrumento de consecución para controlar y dominar las relaciones interestatales, poco o casi nada podemos esperar de lo que se pueda tratar, conversar o discutir en encuentros internacionales, como del que nos estamos refiriendo en estos comentarios.
La inteligencia artificial, que también fue un tema tratado en este foro económico, el cambio climático, la “seguridad y la cooperación en un mundo fracturado” fueron asuntos que motivaron el interés y comentarios de los representantes de los gobiernos asistentes, como es el caso del presidente argentino, Javier Milei, quien tuvo la primera presentación internacional, luego de su juramentación como jefe de Estado, y no desaprovechó la oportunidad para, desde su particular punto de vista, dar una explicación detallada del porqué Argentina está como está (con un sistema económico y financiero realmente en crisis).
Para conseguir que encuentros internacionales, económicos (como el de Davos); estratégicos, como los que promueve la OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte) o, los multidisciplinarios, que organiza la Unión Europea, por ejemplo, puedan orientar su accionar, pero de verdad, a lograr que las poblaciones del mundo tengan la posibilidad de vivir en un ambiente de bienestar con miras a alcanzar un real desarrollo, es necesario que diversos actores o sectores (gobiernos, empresas y sociedad), no digo que se pongan de acuerdo (por cuanto, considero que nadie podrá poner en tela juicio su importancia), sino se comprometan a tener como fuente de inspiración en su actuación el eco-pacifismo, estoy seguro que estaremos en mejores posibilidades de mejorar el mundo.
Le conservación del equilibrio ecológico, que comienza por conservar y garantizar lo que la naturaleza nos ofrece, aprovechándola racionalmente, para no afectar y contribuir con el calentamiento global; y, asimismo, evitar por todos los medios posibles, los enfrentamientos bélicos entre países (grandes y pequeños), nos podría permitir ver el futuro con un mayor optimismo para la actual generación y saber que algo estamos haciendo por las que vendrán. Es decir, invertir y gastar muchos miles de millones de dólares en cuidar la naturaleza y dejar de gastar en fabricación de artículos bélicos, nos asegura garantizar el derecho fundamental de la humanidad, cual es el de vivir, y vivir en paz.
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