Puerto de Morro Sama y la agenda social de la pesca artesanal

Junto a mi buen amigo Marco Torres, empresario afincado en Tacna, tuvimos una reunión de diálogo programático-social con dirigentes del puerto de Morro Sama, en Tacna, hace dos semanas. Estuvieron presentes “marisqueros”, “pinteros”, “cortineros”, entre otros. Destacaba la presencia de los dirigentes José León y José Chafloque. Recogimos planteamientos bastante importantes sobre sus problemas específicos en el desembarcadero y, además, una aproximación general sobre el estado de la pesca artesanal; tópico que pudimos seguir profundizando horas después en el puerto de Ilo.
En primer lugar, anotaremos que el cambio climático juega un papel importante en el desplazamiento inusual de la biomasa, o creando situaciones como el aumento de lobos marinos en zonas como Tumbes, los cuales rompen las redes de los pequeños pescadores. Otro asunto a atender es la competencia desigual con embarcaciones medianas, sobre las cuales se ejerce menor control que sobre los artesanales, además de la gran pesca industrial nacional. Para agravar la situación, están las embarcaciones factoría extranjeras, usualmente chinas, que depredan sin control y penetran las 200 millas sin permiso. Esta competencia asimétrica está reduciendo cada vez más la viabilidad económica de los artesanales.
Además, la pesca artesanal enfrenta normativas de PRODUCE que, en muchas ocasiones, parecieran dirigidas a llevarlos a la quiebra, como aquella que establece una cuota de 60 kilos, lo cual, sumado a las exigencias tecnológicas que deben cubrir de sus propios bolsillos, no les permite recuperar lo invertido al salir a faena. Es decir, persecución a los más pequeños y flexibilidad para los grandes. PRODUCE solo parece ofrecer cursos y papeles que, según sus propias palabras, “no sirven para nada”. Denuncian que el Estado no vincula la pesca artesanal con la gran necesidad de alimentación nacional; gran parte de lo que pescan las grandes empresas se convierte en harina. También debería impulsarse con mayor decisión la maricultura como alternativa para la fuerza laboral dedicada a la pesca artesanal.
En cuanto a lo que conversamos específicamente sobre Morro Sama, puedo citar: la necesidad de conectividad y seguridad, la falta de agua potable y la ausencia de un centro de salud. Además, la inversión en el desembarcadero es prácticamente inexistente, al punto que el muelle Gálvez está a punto de colapsar. Proponen convertir a Morro Sama en una zona especial, aprovechando su ubicación fronteriza, como sucede en Tumbes, y aprovechar realmente su habilitación sanitaria. También plantean jornadas de diálogo social y técnico con la universidad. Sienten que la academia, el sector empresarial y la prensa tacneña no están comprometidos ni conscientes de su problemática. Piden participar en el debate sobre la ubicación del proyecto “Puerto Grau”.
Es crucial que la sociedad civil sea consciente de que el tema de las pesquerías, en particular la pesca artesanal, está invisibilizado en la agenda política y económica. Estamos hablando de alrededor de 100 mil familias. Regresaremos pronto y también visitaremos el puerto de San Andrés, en Pisco.

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