Próximas elecciones presidenciales
La designación, hace una semana, como presidente del Consejo de Ministros de un tránsfuga reiterado y caracterizado agresor no solo de su entorno familiar más cercano sino de quienes tuvieran la desgracia de contratar con él y hasta de analizarlo sicológicamente, sin duda terminó por cerrar el círculo de la inviabilidad esencial del gobierno que se inició a fines de julio del año pasado. Luego de ello, ha quedado claro que el único camino posible, urgente, necesario, es que dicho gobierno termine y se pueda tener elecciones presidenciales inmediatas.
Han trascendido los desesperados esfuerzos de P. Castillo para liberarse de ese destino, que ya resulta claro para una inmensa mayoría de ciudadanos, incluso de quienes irresponsable o ingenuamente lo apoyaban y ayudaron a llegar al poder, aun con malas artes.
Así, el patético y admitido incapaz de gobernar, está buscando reponer las cosas al estado anterior a la designación del impresentable tercer jefe del gabinete ministerial en apenas 7 meses de gestión, aunque ello suponga resucitar las alianzas que tenía con el marxismo ganapán de Verónika Mendoza y el caviaraje representado por el ex ministro Guillén. Incluso estaría convocando –jalando- a altos funcionarios del Servicio Parlamentario en un intento de anticipar y controlar las previsibles futuras medidas que le vendrían desde el Congreso de la República.
Si Dios es peruano, como gustan decir algunos, especialmente en momentos de angustia deportiva, P. Castillo no logrará ofrecer el distractivo de un gabinete pegado con babas ni ganar tiempo en perjuicio del país y de los peruanos más necesitados. Elecciones presidenciales en no más de dos meses deberían ser la respuesta, justa y necesaria, al gran fiasco que significa el actual gobierno.
Remarco elecciones presidenciales, ya que la vicepresidencia de Boluarte es nula, pues su postulación fue maliciosamente mantenida con violación de la ley electoral para salvar la fórmula de Perú Libre. Y porque tampoco existe razón alguna para pretender la fórmula del “nos vamos todos”. A veces, viendo la inacción del Congreso como colectivo, provoca esa salida, pero no vale confundir. Las elecciones generales contienen tres elecciones, que ocurren en la misma fecha pero que son claramente distintas, con personajes, requisitos y mandatos distintos; a saber, elecciones presidenciales, elecciones congresales y elecciones al Parlamento Andino.
Se alega que no es posible considerar un presidente de la República sin bancada. Respondo, lo más probable es que participen varios candidatos del último proceso electoral, y si apareciera uno nuevo, ya sabe con qué reglas postula. Se trata, además, de un momento excepcional.
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