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¡Prohibido criticar a Vizcarra!

Fecha Publicación: 20/02/2019 - 22:20
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Ahora resulta que quienes criticamos la mala gestión del régimen Vizcarra buscamos “afectar la lucha contra la corrupción”. Es decir, el presidente Martín Vizcarra se pone como el epítome de la anticorrupción, cuando cada vez afloran más evidencias que lo colocan en la propia frontera de este cáncer en nuestra nación. Su “habilidad” consiste en apelar al vedado recurso del “no recuerdo” cada vez que le enrostran hechos que, de por sí, resultan bochornosos para la mayoría. Situaciones que incluso para quienes no están al lado del oficialismo desembocan en interrogatorios direccionados por una Fiscalía de la Nación secuestrada por Palacio de Gobierno; y finalmente concluyen en una orden de prisión por algún juez carcelero. De esta realidad comprobada, a aquello que ocurría en el Perú del fujimontesinismo, ¿acaso existe alguna diferencia? En ese sentido, impulsado por su incapacidad, el oficialismo vizcarrista se aproxima cada vez más a un escenario de intransigencia idéntico al del cogobierno Fujimori-Montesinos. Ahora Palacio de Gobierno es el centro exclusivo del poder, desde donde se manejan los engranajes de un Congreso rendido, un siniestro Ministerio Público, un fantasmal  Poder Judicial y una policía política (Divac). Gracias a ello el Ejecutivo limpia la cancha eliminando descaradamente a sus opositores y premiando asimismo a sus aduladores.

El objetivo es claro” dijo el lunes un Vizcarra nervioso, motivado por la fuerza pérfida –la progresía marxista– que hoy maneja los hilos del país parapetada detrás suyo. “Los que intentan debilitar la lucha contra la corrupción, tratan de confundir y engañar a los peruanos con mentiras y medias verdades, diciendo que quienes llevamos adelante esta lucha somos iguales a ellos porque no quieren reformas, porque ellos no quieren Justicia. Porque lo que quieren es impunidad. (…) Sabemos que el camino no es fácil, que hay quienes intentan obstaculizar estas reformas, que vienen de distintos sectores que están atacando para protegerse”, espetó Vizcarra durante una ceremonia para promulgar la ley de la Junta Nacional de Justicia, instrumento plagado de fallas –como acaba de explicar el presidente del Poder Judicial, José Luis Lecaros– a consecuencia del apresuramiento de un Legislativo derrotado, que apurara el paso para aprobar esta ley bajo amenaza directa del presidente Vizcarra de hacer cuestión de confianza.

En este desconcertado país están vedadas las críticas, cuestionamientos y reparos al Presidente, no obstante que en el Ejecutivo anida una progresía marxista claramente corrupta manejando nuestro Estado. El presidente Vizcarra ha impuesto nuevamente la verdad oficial como norma obligatoria. Una “verdad” que encarna el mandatario y difunde la prensa venal. Para conseguirlo, Vizcarra derogó la norma que prohibía la corrompedora publicidad estatal. Así restituyó la facultad presidencial de dispendiar miles de millones de soles durante su mandato para repartirlos entre unos medios que se venden a cambio del soborno denominado “avisaje oficial”. Inmediatamente El Comercio y demás medios –ahora vizcarristas– han restituido su apparatchik mediático oficialista. Y Vizcarra aparece “reconquistando popularidad”, gracias a unas encuestas acomodadas que contrata dicha prensa. ¿Acaso esta corruptela perversa no es una versión contemporánea de la que montara el fujimontesinismo?