Progreso moral
Llevamos más de 2 meses de inmovilización ciudadana (aislamiento social) por el Covid-19, nos acercamos al ciento de miles de contagiados, dos millares y medio de fallecidos, la atención y la ayuda del gobierno tarda o -simplemente-no llega, la salud mental de todas las personas ya se está viendo mellada; a pesar de todo, como la mayoría de los peruanos, sigo pensando que la historia tiene una dirección y es en sentido positivo, ¡sí, positivo!; no voy a escribir sobre la tragedia, harto conocida, trataré de compartir un mensaje de optimismo.
Empezaré advirtiéndoles que mi visión del mundo siempre ha sido -y es- optimista, procurando que esta visión sea estimulante e inspiradora, tomando al éxito como objetivo. Afirmar que la historia va en una dirección positiva no es un sinsentido, revisemos los últimos 10,000 años: como humanidad hemos ido alcanzando niveles de desarrollo cada vez más altos; así como biológicamente hemos ido evolucionando hace millones y miles de años, los seres humanos evolucionamos culturalmente, evolucionan nuestras ideas; una muestra de la evolución tecnológica es el armamento: hemos ido desde un garrote, pasando por flechas y hachas, armas de fuego, armas nucleares, llegando a armas biológicas, haciéndonos pensar muchas veces en el apocalipsis. La amenaza del apocalipsis es, también, el colapso de la organización social global; pensemos en todo el tiempo que hemos tardado para llegar a donde estamos: desde las sociedades primitivas de nómades errantes, recolectores y cazadores, los inicios de la vida sedentaria gracias a la agricultura, el gobierno central de varias aldeas o tribus, con la escritura surgen las ciudades, luego los imperios, llegando a lo que tenemos ahora: los estados nacionales.
Nuestra historia, como humanidad, siempre tendrá un resultado y sentido positivo, esto obedece a que existe una dimensión moral en la historia, hemos logrado progreso moral con el tiempo; en la antigua Grecia se consideraba que sólo los miembros de una ciudad-estado eran humanos, tratando a todos los demás como subhumanos, los romanos consideraban a los extranjeros como bárbaros, ahora todas las personas en todas partes del mundo somos seres humanos y merecemos ser tratados dignamente, independientemente de su raza o credo, nunca antes ha existido tanta tolerancia hacia las nacionalidades, etnias y religiones como la que existe hoy en día, la correlación es sencilla: somos tolerantes en la medida en que nos damos cuenta que el bienestar de otra persona está positivamente con el nuestro; considero que estamos al borde de una verdad moral, convencidos de la igualdad fundamental de todos, si volteamos la mirada veremos todo lo que hemos avanzado.
Nuestra moral -individual y colectiva- es consecuencia de nuestro interés propio: si tu bienestar conduce al mío, estoy totalmente de acuerdo; esto es lo que ha contribuido al crecimiento moral hasta ahora, si seguimos actuando inteligentemente lograremos un mayor desarrollo de la tolerancia y ésta tendrá un efecto constructivo, conseguiremos un nivel moral más alto; si revisamos la Biblia, encontraremos la palabra “salvación”, este término no sólo debe interpretarse desde la óptica cristiana de “salvar almas” o que las personas “vayan al cielo”, sino en su sentido amplio y original, el mismo que se refiere a salvar el sistema social. Nuestra organización social ha alcanzado un nivel global y necesita la búsqueda inteligente de intereses personales, con disciplina y mucho cuidado, siempre pensando en el interés colectivo y global. La tarea será difícil pero no imposible, hemos llegado demasiado lejos, no lo arruinemos ahora.