¿Progresistas con Hamás?
El grupo terrorista Hamás atacó brutalmente a Israel, por aire, mar y tierra, dejando, al momento, 1,400 muertos. Las imágenes de los islamistas palestinos asesinando a jóvenes en una fiesta de música electrónica y secuestrando a inocentes son desgarradoras. El Ejército israelí también evidenció que estos miserables decapitaron a bebés.
La respuesta no tardó en llegar e Israel ha bombardeado la Franja de Gaza, donde hay 1,800 fallecidos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha asegurado que no quedará ningún terrorista de Hamás en pie, pero el principal problema es que los criminales se esconden entre la población civil palestina.
Por ello, Israel ha pedido a los civiles palestinos -unos 1.1 millones- que abandonen el norte de Gaza, pero, como el paso fronterizo de Rafá, que conecta a Egipto con la Franja de Gaza, está cerrado, miles han optado por huir al sur de la ciudad.
La respuesta israelí debe ser quirúrgica para evitar que inocentes civiles perezcan por culpa de los terroristas que merecen ser exterminados. Sin embargo, en una guerra siempre habrá lamentables daños colaterales.
En tanto, Estados Unidos ha ofrecido su apoyo absoluto a Israel y se mantiene alerta ante cualquier intervención de Irán, que, según se ha conocido, patrocinó la avanzada sangrienta de Hamás, la cual representa un evidente golpe a occidente y sus creencias.
La solución a largo plazo es que los palestinos de bien -no los terroristas asesinos de Hamás- puedan conformarse oficialmente en un país, cuyo territorio sería Gaza y Cisjordania. No obstante, antes de que eso pase, los terroristas deben ser fumigados, con, reitero, la menor cantidad de civiles caídos.
Regresando al Perú, el ataque terrorista de Hamás ha permitido saber quién es quién. Los caviares, que dicen ser progresistas por su supuesta visión moderna del mundo, no han dudado en buscar explicaciones para justificar la arremetida de los islamistas, como que el territorio que ocupa actualmente Israel, en realidad, les pertenece a los palestinos.
Es harto contradictorio que los progresistas nacionales, esos que enarbolan la bandera con colores del arcoíris, se pongan del lado de unos fundamentalistas que hace rato los hubieran acribillado por sus prácticas “contra natura”.
Es fácil, pues, hablar estupideces desde el mundo libre, porque hacer lo mismo desde un territorio con practicantes del islam significaría la muerte inmediata. Así de torpes son los zurdos con modales de este país.
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