Procuradora Carrión: ¿defensora de Odebrecht?

En medio del Blitzkrieg desatado por dos furiosos fiscales, Rafael Vela y José Pérez, porque el Tribunal Constitucional dispuso que el Poder Judicial atienda el habeas data interpuesto por Phillip Butters —pidiendo copia del pacto secreto suscrito entre Odebrecht y ambos fiscaletes—, aparece doña Silvana Carrión —procuradora del caso Lava Jato desde hace cuatro años— disparando fuego cruzado contra todo aquel que se oponga a Pérez y Vela. Pensemos. El rol del Procurador es: “Promover, garantizar el ejercicio de la defensa y representación jurídica del Estado, a fin de proteger sus intereses, aplicando los mecanismos necesarios; recibir, atender y gestionar las denuncias que son efectuadas por la ciudadanía; evaluar, a través de un sistema de seguimiento y monitoreo, el ejercicio de defensa del Estado y el cumplimiento de acuerdos, laudos arbitrales y otros actos que resuelvan controversias en las que el Estado sea parte, etc.”.
Si bien Carrión acepta que aquel pacto secreto no incluye la figura de progresividad, explicada por Vela y Pérez, ¿por qué entonces no denunció el hecho? Por otro lado, ¿acaso es dable que, siendo una procuradora del Estado, Carrión ataque al Tribunal Constitucional por ordenar la publicación del pacto secreto suscrito por Vela y Pérez con Odebrecht? Más censurable todavía resulta que una funcionaria impertinente e insolente, como es Carrión, decida atacar al Tribunal a través de las ondas de RPP, medio radial que viene siendo investigado por recibir dinero maculado —en efectivo— de Odebrecht. Esto significa empatizar con un “negocio” relacionado a la corrupción, a lo que alega combatir la tal Carrión. ¡Muy revelador que la procuradora del Estado agreda al TC desde un medio vinculado a Odebrecht!
Aparte de ser imputada/denunciada penalmente por lo anterior, siendo la abogada del Estado, Carrión ha debido ser removida de su cargo por sospechas de encubrir a Odebrecht, al no haber incorporado al pacto —firmado por Vela, Pérez y Odebrecht— una cláusula que impida a la firma brasileña demandar al Estado peruano. Porque, como era previsible, apenas fue suscrito, Odebrecht aprovechó el “descuido” —nunca negado por Silvana Carrión— para demandar al Perú por US$ 1,150’000,000; vía un arbitraje que lleva todas las de ganar para Odebrecht.
Otro aspecto que multiplica las sospechas sobre la idoneidad de Carrión es que, en Suiza como en Brasil, existía información sobre la Interoceánica Sur y la Línea 1 del Metro, donde Odebrecht —hoy Novonor— admite haber cometido “otros” delitos. No obstante, tanto Vela como Pérez —y por supuesto Carrión— permitieron a Odebrecht soslayar esta autoimputación. La supuesta defensora del Estado también dice más adelante, apelando al rubro de la “progresividad”, que Odebrecht “firmó actas de culpabilidad sobre otros ocho proyectos dentro del marco de la colaboración eficaz”, algo nunca contemplado en el acuerdo oficial. Finalmente, Carrión sostiene, cantinflescamente, que “si bien el acuerdo no permite criterios de progresividad (¿?), los principios (¿?) del cuaderno de la colaboración eficaz implican que el consenso de la negociación es el que rige para estos procesos especiales (¿?)”. ¡Produce indignación, amable lector! ¿Aguardará la penitenciaría a ambos fiscales y la procuradora? ¡Ojalá!

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