¿Prioridades nuestras o de terceros?
En un país con recursos escasos y necesidades ilimitadas es muy importante la asignación adecuada de los recursos públicos. Para lo cual es indispensable una adecuada priorización sectorial e intersectorial de los recursos públicos y el máximo respeto para mantener dichas prioridades.
Sin embargo desde hace mucho tiempo en el caso de los megaproyectos de mayor relevancia de la inversión pública no se respeta la priorización gubernamental sino que se impone la priorización de terceros , muchas veces vía corrupción. Un claro ejemplo de lo anterior es el caso de la interoceánica sur , en que se impuso la voluntad de Odebrecht y de Brasil, con repartición de sobornos que ya han merecido sentencia judicial. En este caso el proyecto se hizo para completar el sueño de Brasil de lograr una salida al Océano Pacífico para su comercio internacional. Sin embargo el sueño no se pudo concretar porque la carretera estaba vinculada a la construcción paralela de un puerto (Corío) que pudiera despachar las importaciones y exportaciones brasilera. Proyecto que no se puedo llevar a cabo.
Este proyecto no solo perjudicó a nuestro país por la corrupción involucrada, sino por el elefante blanco que tuvo que asumir nuestro país, ya que dicha obra tiene poquísimo tráfico. Y porque al asignar millonarios recursos a IIRSA Sur, se dejaron de realizar proyectos más pequeños pero de elevada rentabilidad social que no pudieron llevarse a cabo porque los fondos para los mismos ya habían sido asignados a l Interoceánica Sur.
Obviamente el caso reseñado no es el único en el que la priorización asignada no se respetó y primaron los intereses de terceros, muchas veces con malas artes de por medio.
Hoy en día , casi 20 años después de la firma del del contrato de IIRSA Sur , con el mismo argumento que se utilizó para encajarnos dicho elefante blanco (viabilizar la salida al océano Pacífico del comercio internacional brasilero) se ha violado la priorización de los proyectos ferrocarrileros elaborados por el MTC, en ese entonces a cargo del ministro Pérez Reyes, quien ahora se encuentra desempeñándose como ministro de economía y finanzas.
¿Es que nuevamente vamos a permitir que no se respeten las prioridades sectoriales para favorecer, nuevamente, los intereses de Brasil y de China?.
No se está afirmando que el proyecto del Tren Bioceánico (TB) no sea favorable para el país, sino que no era un proyecto que reuniera las características para ser priorizado sectorialmente . Y si destináramos recursos al TB tendríamos que postergar proyectos que sí son prioritarios para Perú . Como es obvio que China y Brasil necesitan del Tren Bioceánico, que es indispensable para asegurar el transporte de las exportaciones (principalmente de alimentos para el mercado chino) y de las importaciones para satisfacer las demandas brasileras. Lo lógico es que Perú destine sus escasos recursos a satisfacer nuestras necesidades prioritarias y no las prioridades chinas y brasileras. Y en todo caso que sean dichos dos países los que lleven a cabo el proyecto que tanto les interesa. No parece viable que encontremos el camino al desarrollo si en los casos de los proyectos más importantes lo hacemos satisfaciendo las prioridades de terceros y no las nuestras.
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