¡Primero tu paz y después todo lo demás!
El ser humano tiene que caminar bastante para construir la paz interior, palabra de tres letras, que se siembra y cosecha a través de los años vividos, experiencias satisfactorias, circunstancias distintas que afectan en el desarrollo de la persona, que a pesar de ello, nunca dejaste de buscarla, pero la encontraste, no existe día ni hora ni fecha en el calendario que diga la vas a encontrar. No es así, es una metamorfosis existencial, que con el transcurso del tiempo la vas moldeando, son experiencias muy particulares en la vida de las personas, puedes vivir en guerra pero tienes paz, quizás puedas vivir en un país que se respetan los derechos fundamentales de las personas, pero vives atormentado.
Las circunstancias que le toca vivir a los seres humanos no definen la tranquilidad interior que puedas experimentar, es un estado existencial profundo de bienestar, tranquilidad, calma, paciencia, que racionalmente no tiene definición, empero emocionalmente te ubica en la comprensión del humano, que te permite conocerte a ti y a los demás. Como les dije en una oportunidad en los claustros universitarios a los alumnos: La paz les otorga la oportunidad de saber a quién tienes al frente tuyo y optar las mejores decisiones.
He conocido a muchas personas, que han dejado de existir por diferentes razones y nunca alcanzaron la paz interior, porque la buscaron en el mundo material, en lo intrascendente, lo efímero, lo banal, lo placentero, la vida hedonista, que son momentos simplemente momentos, que tienen un principio y un final. Mira cómo es la vida, puedes convivir en la opulencia y pasar desapercibido, no puedes tener nada material y ser trascendente en la vida por las actitudes y acciones y transparencia que asumes en la vida y perduran en la vida, como abrazar a un niño, decirle eres importante. La vida necesita de ti, ayudar a cruzar la acera a un anciano, que diga ‘Dios te lo pague,’ no sabía cruzar la pista, me temblaban las piernas. El alumno que recuerda al maestro, porque siempre tuvo una respuesta a sus inquietudes y no como el profesor aquel, que se encontraba en el patio y se le acerca un alumno para hacerle una pregunta y el profesor ignorante, le contesta, que no le pagaban para absolver consultas en el patio sino en la clase, el alumno se quedó sorprendido y se retiró. Ese pseudoprofesor, jamás será recordado por inhumano.
Un día de invierno de una mañana helada, tomé el servicio de taxi para dirigirme a la universidad y percibí al conductor preocupado y le hice conversación para que el trayecto se haga ameno, tal seria el sentimiento de culpa de esta persona, que me dijo, “yo en este momento debería estar dictando clases en el colegio, pero no lo hago porque no me alcanza el dinero y alguien se tiene que perjudicar, vale decir los alumnos”, le dije que su actitud no era correcta, qué responsabilidad tienen los alumnos de sus necesidades, le dije que renunciará y se dedicara al servicio de taxi, contesto que lo iba a pensar, no le dije más cosas porque llegamos al lugar de destino. Pero definitivamente, este sujeto que me hizo el servicio es totalmente inhumano, un hombre atormentado, que jamás tendrá paz en su vida, todo lo contrario, mal pronóstico, capaz de hacer cualquier cosa para obtener algún beneficio sin interesarle las otras personas.
Una madre de una menor de once años, permitía que su pareja violara a su menor hija, desde esa edad, simplemente suplía las necesidades de la familia, sin ponerse a pensar el daño emocional para toda la vida para su hija. La hija, cuando cumplió la mayoría de edad, fue a la Comisaría con su enamorado y formuló la denuncia contra su madre y el padrastro y hasta ahora siguen en la cárcel, nunca estos sujetos tendrán paz interior por desalmados, malos y perversos.
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