Primer aniversario
Con esa plácida calma que traen los buenos vientos, Ágape, decisión con resultados, proyecto que sin detenerse ni apurar, creyendo, escuchando, respondiendo llegó a esta celebración, y lo mejor, con una estupenda calidad de personas que en su espacio -proyecto, decisión, resultados– comparten una historia de buen trabajo con la conexión de familia y el renovado mundo de la pizza con masa napolitana. En Ágape el nudo son Carlos, arquitecto, padre y esposo, Filly, madre, esposa, y Renzo Ángeles el hijo, a quien se le ocurrió el nombre, Ágape, palabra de origen griego que puede entenderse como “comida destinada a estrechar lazos. Siempre me ha encantado el aspecto social de la comida. Las mesas, las nuestras, son espacios de compartir. Por eso la pizza me parece especial. Se parte y todos comen de la misma tabla”, dice Renzo, también arquitecto, él dio la partida. Invitaba a casa a sus amigos para conversar y comer pizza. Un día, la revelación, “ya no pediremos, yo las prepararé”. Podía, tenía la masa en las manos. Su curiosidad por la hechura de la pizza lo puso a estudiar desde los ingredientes, varias recetas, hacer la masa, ver combinaciones y sus reacciones en el horno a leña. Las reuniones de los “martes de pizza” convocaban a los amigos y los amigos de los amigos, se convirtieron en tema de obligación. Los grupos variaban de cinco a veinte. Con la pandemia cambió el paisaje, pizza y martes se apagaron, pero los amigos tenían el sabor y pedían el regreso, dieron la idea del negocio, insistieron, Renzo dice, “…hasta que me animé a lanzar este formato y lo llamé Ágape”. Se convirtió en un proyecto abierto, pero manteniendo el carácter íntimo al fijar en doce el número de participantes que en el área creada para el horno pueden ver y conversar con Renzo en el proceso de producción con la experiencia adquirida en sus años de “vivir con la pizza”, protagonista y campo para al ejercicio de su libertad creativa experimentando, buscando sabores que “funcionaran bien en una pizza cocida en un horno a leña. He tenido un viaje de experimentación en que me tomé la libertad de probar ingredientes poco convencionales para lograr pizzas que refresquen la idea que se tiene asentada sobre ella”. Uno de sus experimentos buscando nuevas texturas fue “probar con salsa huancaína en lugar de salsa de tomate y queso paria por mozzarella. Me gustan algunos embutidos peruanos, guanciale, salchicha huachana…es un mundo tan amplio como lo sea tu capacidad de imaginar. Me enamoré de la masa madre, es compañera que me ha enseñado mucho, terminé de redondear el cariño que tengo por la masa que elaboro todas las semanas”. Para cada sesión semanal arma un menú diferente con una serie de siete pizzas. La última noche que estuve organizó su selección con la tradicional Margarita, Huachana, Verde, Cordero, Choclo con queso y Pats.
En Instagram con @agape.pizza publican las fechas de estas sesiones para las que puede anotarse de uno por uno, de dos o todo un grupo, hasta completar los doce. Si quisiera una reunión privada puede solicitarla. Estuve en un cumpleaños que se festejó con un trío de jazz. Puede ser que el día que usted vaya estén Carlos y Filly, grandes anfitriones. El un entusiasta ofreciendo gran conversación y la escogida carta de vino, Filly puede agregar uno de sus postres de repertorio. Con su condición y cualidades de padres, amigos y simpáticos anfitriones se involucraron poco a poco en Ágape, surgió como proyecto individual, ahora es una nueva opción para compartir, conversar, descubrir sabores y texturas inesperadas en un muy grato ambiente al que seguramente volverá por una nueva y especial experiencia comiendo ricas pizzas.
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