Precio de electricidad desbocado en mercado libre
El festín de bajos precios en el mercado libre de electricidad (consumidores de más de 200 Kilowatts) ha llegado a su término de manera catastrófica, sobre todo para aquellos de baja demanda (más de 200 hasta 2,500 Kilowatts), que deben ser unas 1,700 empresas industriales de mediana capacidad productiva.
El precio al que pagaban su consumo se ha venido incrementando sostenidamente desde abril pasado, donde hubo una primera clarinada de alerta con un alza de 22%, hasta llegar a 278% en agosto. El beneficio obtenido se ha esfumado en 5 meses.
Advertí desde el 2017 que los consumidores que firmaban contrato tuvieran mucho cuidado con las cláusulas de reajuste de precios y de resolución de contrato, como suele ocurrir los compradores se obnubilan cuando de tener ahorros se trata.
Es imposible que los pequeños consumidores que están en este mercado puedan pagar los incrementos señalados, y eso deviene en tres hechos: demandas en vía civil por deuda, resolución de contrato por parte de los suministradores y tener suerte que puedan ser acogidos como clientes de los distribuidores de electricidad de donde se marcharon, por los cantos de sirena de los bajos precios y que no tienen ninguna obligación de acogerlos inmediatamente.
La falta de pago ha puesto en problemas a las empresas que compraban a productores a bajo precio para revender con margen apreciable, pero que aún así podían presentar ofertas atractivas a los consumidores. Los consumos ya realizados por sus clientes no podrán cobrarlos y ellos tendrán que pagarlo a sus proveedores.
La resolución de los contratos en esta oportunidad como ya había ocurrido en el 2008 en pequeña escala, parte como iniciativa de los suministradores, ya sea aludiendo a la falta de pago o prefiriendo pagar la penalidad por término que les resulta más económico que comprar caro para vender barato. En estas circunstancias a las empresas abandonadas a su suerte no les queda sino ir a tocarle la puerta a los distribuidores de donde se alejaron.
Es oportuno recordarles a los apologistas de las transacciones de bajo costo, su sentenciosa frase: “aquellos que no puedan seguir este régimen de mercado que quiebren”. Espero no verlos solicitando la socialización de las pérdidas.