Por qué la construcción de un puente no es noticia, su destrucción sí

De un tiempo a esta parte al ser receptores de abrumadores volúmenes de noticias de diarios y revistas o escuchar noticieros por televisión o radio o redes sociales, pasamos por alto el valor de la actualidad, interés o importancia, cercanía o lejanía de los mensajes. La consecuencia es que, al no separar el trigo de lo bien y la paja de lo malo de una información, quedamos influenciados más por los acontecimientos nocivos que por los positivos.

Parece mentira, pero en el caso de los canales de televisión es el rating y el nivel de audiencia, el móvil que motoriza la producción, el enfoque temático y la puesta en escena en video. Todo canal de televisión no tiene uno, sino varios programas que, internamente, compiten para lograr superar el rating del adversario. La competencia es intensa y en el ganar prevalecen programas sensacionalistas, efectistas y hasta armados con historias ajenas a la realidad.

En el plano mediático la verdad no es ajena al trato sensacionalista o escabroso. Así, no hay hora en que no aparezcan incendios, atracos, asaltos, robos, asesinatos etcétera; y muchas veces la necesidad de inflar un acontecimiento para captar más público desfigura la objetividad de un suceso o descontextualiza su narrativa.

Pero, hay otros factores que igualmente perturban el positivismo humano. La confrontación en el escenario político no deja dudas de la crisis que soporta nuestro país: un Poder Legislativo unicameral con congresistas investigados por la judicatura penal y autor de leyes que atentan contra el bienestar común; un Poder Ejecutivo que, recientemente, ha tenido a cuatro jefes de Estado acusados por corrupción y la siguiente víctima de la desfigurada violencia en las calles y, ese importante grupo remata con la presidente Dina Boluarte, también, en salmuera con apenas cinco por ciento de respaldo popular.

Finalmente, el Poder Judicial con una Fiscalía con luchas internas en su cúpula y en sus ramales. A todo ello, suman actos negativos los registrados en la Junta Nacional de Justicia y, como pera en dulce, el Jurado Nacional de Elecciones, que hace y deshace con los partidos políticos convirtiéndose en una dictadura política partidaria.

Según los expertos, los hechos ajenos a la violencia y a actos fuera de la ley, es decir las buenas noticias, atañen a la psicología positivista. Este factor genera influencia provechosa de la vida, empatía social, impacto sobre la mente y buen comportamiento humano.

Hay alguien que ha escrito: “Los medios de comunicación son ventanas al inmenso mundo que queda más allá de nuestra experiencia directa”. En suma, hay que forzar por el positivismo sin dejar de lado la famosa expresión de Albert Braun, quien, en los años ochenta, siendo jefe de la agencia France Pres en Perú, dejó una frase memorable que une al factor humano y la responsabilidad de comunicar con objetividad: “La construcción de un puente no es noticia, su destrucción sí”.

Por Javier Díaz Orihuela

*Exsenador de la República

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.