Por qué fracasó la Revolución cubana
Por Pedro Cornelio von Eyken
En abril último, luego de casi 38 años de carrera diplomática, me retiré del servicio activo y me doctoré en ciencias políticas en la Universidad Católica Argentina (UCA), donde me había graduado en 1981. Durante mi carrera en el exterior cumplí funciones en Alemania, Cuba, Finlandia y Haití, en este último país como embajador.
Presencié en Alemania la caída del Muro de Berlín y la reunificación del país. ¿Por qué una tesis sobre Cuba?
El trabajo lleva por título La Revolución Cubana 50 años después. Impacto de los factores externos e internos de la grave crisis económica y social de Cuba en 2009 y puede hallarse en el repositorio digital de la UCA.
La gravísima crisis económica y social que observé en la isla cuando llegué en 2006, un mes después de que Fidel Castro entregara el gobierno a su hermano Raúl por razones de salud, me llevó a preguntarme para qué se había hecho la Revolución.
Durante mis primeros quince meses en La Habana trabajé con un gran embajador político, Darío Alessandro, que de 2008 a 2015 fue nuestro representante en Perú y falleció en 2021. En tres años recorrí toda Cuba, incluida la Isla de la Juventud y hablé con cubanos de a pie. Elegí escribir la tesis en primera persona porque subrayo lo testimonial.
Se suele hablar mucho sobre Cuba, a favor y en contra de la Revolución, sin conocerla bien. Por eso las visiones son sesgadas y atadas a ideologías. En mi tesis trato de discernir objetivamente si la más grave crisis de la historia de Cuba, que continúa agravándose, se debe a razones externas, el embargo estadounidense y la implosión soviética, o internas, las políticas económicas soberanas de Fidel Castro.
Para el gobierno cubano y sus simpatizantes en el mundo, todos los males de Cuba se deben al “bloqueo” estadounidense. Mi hipótesis de trabajo, validada con abundantes fuentes primarias y secundarias en más de 400 páginas, va en sentido contrario: fueron las políticas económicas dirigistas y contradictorias de la Revolución, con mucho ensayo y error e inspiradas en la obsesión igualitarista de Fidel Castro, las causas fundamentales de un derrumbe que los factores externos condicionaron y detonaron, pero no determinaron.
El hilo conductor fue siempre el enfrentamiento deliberado y permanente de Castro con EE.UU. desde 1959 hasta después de la Guerra Fría, que terminó para el mundo en 1991 pero no para el líder de la Revolución cubana.
En los próximos meses publicaré un libro que resume lo esencial de mi tesis, actualizado a 2021. Allí trato entre otros temas el paso del latifundio privado al estatal a partir de la reforma agraria de 1959, que dejó miles de hectáreas sin producir y determina que Cuba importe hoy el 80 % de los alimentos que consume.
Comparo los diversos caminos tomados por Cuba y Vietnam, ambos marxistas-leninistas, a partir de la perestroika de Gorbachov, con resultados a la vista. Describo la excesiva dependencia de Cuba de la Unión Soviética y rechazo que el “bloqueo” estadounidense sea la causa de la gran crisis cubana, ya que la isla es un global trader. Pero no apruebo el embargo, que perjudica más al cubano de a pie. Es una invitación al debate latinoamericano sobre la situación de un país en estado terminal.
*Doctor en ciencias políticas y diplomático argentino retirado.
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