¿Por qué es importante la Carta de las Naciones Unidas?
Quisiera completar mis reflexiones sobre la Organización de las Naciones Unidas (ONU), iniciadas con mi columna de ayer, en la que centré mis ideas sobre el acto fundacional de la ONU, esta vez fijando mi atención en la Carta de San Francisco, que es su tratado constitutivo.
Mirando los 79 años transcurridos, generalmente se dice, con cierta ligereza, que la ONU, con su Carta por delante, no cumple su objeto central en favor de la paz mundial, siendo criticada todo el tiempo por la persistencia de las guerras, olvidándose de su objetivo central, que es el mantenimiento de la paz global, y que es a lo que está avocada la comunidad internacional.
Los trabajos en la ONU dándole vida a la Carta se han realizado en el marco del denominado multilateralismo. Con el final de la guerra de 1939, la Carta llevó adelante el riguroso cumplimiento del mantenimiento de la paz internacional. Por ese esfuerzo, y mirando los sucesos que se han dado a lo largo de sus casi ocho décadas de existencia, queda claro que no existe documento jurídico-político más universal en la historia de la humanidad que la Carta de las Naciones Unidas. Redactarla, debo insistir, no fue una tarea fácil, y en la ONU estuvieron todos los Estados poderosos del planeta. De hecho, una de sus pocas enmiendas permitió el cambio de Taiwán por China continental en el Consejo de Seguridad, lo que se produjo, precisamente, un día como hoy de 1971.
Una verdad incontrastable es que la Carta de San Francisco tiene un carácter comprehensivo y totalizador, y se ha convertido en el texto jurídico más ecuménico y eficaz para la referida paz planetaria, cumpliendo, a pesar de sus imperfecciones, su objetivo fundacional, pues, a pesar de los conflictos localizados que lamentamos desde 1945, y que hoy vemos en otras partes del globo, queda claro que la humanidad, con la ONU por delante, asegura la existencia de la especie humana, digámoslo siempre.
Sin ONU y sin su Carta, el mundo hace rato hubiera terminado barbarizado. Demos a la ONU el lugar que se merece.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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