Política al servicio del ciudadano
En un reciente documental de sensibilización, se le pregunta a diversos jóvenes respecto a si estarían dispuestos a participar en política. Lamentablemente, casi el total de las respuestas es un rotundo “no quiero participar en política porque hay mucha corrupción”.
Es penoso, pero existe una total desconfianza a todo lo que significa labor política a raíz de que en el Perú los últimos presidentes de la República están o en prisión o investigados por el Poder Judicial (al igual que muchos gobernadores regionales y alcaldes) por diversos delitos como peculado, lavado de activos, asociación ilícita, colusión, malversación de fondos, entre otros.
Los jóvenes peruanos no confían en los políticos y tampoco quieren intervenir en política, olvidándose de que en realidad la política auténtica está al servicio del bienestar social y el logro del llamado “bien común”.
Etimológicamente, “política” procede del latín politicus, y este del griego antiguo politikós, masculino de politik, que significa ‘de, para o relacionado con los ciudadanos’.
El Diccionario de la Real Academia Española (https://www.rae.es/desen/pol%C3%ADtica) define la palabra política de esta manera: “Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. ? 2. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. ? 3. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto o de cualquier otro modo. ? 4. Cortesía y buen modo de portarse. ? 5. Conjunto de orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado”.
De allí que la política, necesariamente es un trabajo dirigido al logro de los objetivos sociales. Es, también, el arte de gobernar con sabiduría, prudencia y eficiencia. Pero estos esquemas teóricos, al confrontarlos con la triste realidad de la corrupción, quedan como espejismos.
Sin embargo, estamos a tiempo de cambiar radicalmente este panorama. Como sociólogo, opino que dentro de la currícula escolar se deben desarrollar contenidos dirigidos a formar ciudadanía y conciencia política, pero siempre orientada al bienestar social, debido a que la llamada “ciencia política”, al ser una rama de las ciencias sociales resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva, en base a su criterio, libertad y responsabilidad.
Lamentablemente, hoy por hoy, muchos ven la política como una vía para enriquecerse mediante el saqueo del llamado “botín del Estado”. De manera que muchos de los nuevos partidos o movimientos políticos sólo serían organismos de fachada de presuntas organizaciones criminales que solo ambicionan poder y dinero, olvidándose del fin más noble de la política: servir al ciudadano.
(*) Escritor, sociólogo y analista político. Consultor Internacional en Derechos Humanos para VIACTEC.
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