Poder vecinal

A diario somos testigos de denuncias contra alcaldes y gobernadores que, en lugar de hacer lo que les toca frente a la crisis mundial por la pandemia, se aprovechan de las partidas entregadas por el gobierno, autoridades que fallan por comisión o por omisión cuando el cargo les quedó grande y no atan ni desatan, sino que exponen a la ciudadanía, al caos, al desorden, a la desidia. Barranco, el distrito de mayor tradición cultural, no ha estado libre de la incapacidad de quienes gracias a una falsa expectativa asumieron las riendas de su municipio. Eso, sin embargo, no constituyó una acción que debilite su trayectoria, sino que movilizó a los vecinos para que, en torno al compromiso colectivo, realicen lo que le corresponde a la autoridad edil.

Fue así como en el distrito de José Santos Chocano, Manuel Beingolea, José María Eguren y Martín Adán, después de las protestas contra la inseguridad ciudadana, la pesadilla de un plan vial que menos mal quedó como piloto y contra la tala de dos árboles, terminada la cuarentena, los barranquinos están entregándole al país una lección de ciudadanía que pasa por asumir aquello de que debemos estar vinculados por el derecho y el deber. Hace dos semanas, cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad y distanciamiento, están limpiando sus playas: Cascadas, Yuyos, Barranquito, Pavos y Sombrillas, gracias a su intervención han sido recuperadas; asimismo espacios públicos empiezan a recobrar su verdor con la siembra de árboles donados generosamente por algunos de los vecinos.

Ejemplos de unidad como el que está entregando Barranco es lo que el país necesita, que los más de cien días confinados nos hayan hecho reflexionar que más que lamentaciones lo que hace falta es acción, unidad, organización. Podemos discrepar, podemos pensar distinto, pero cuando el bienestar de la comunidad es el objetivo, válido es inclinar las subjetividades para dar ese paso por mejorar nuestros distritos. El día que el país active su poder vecinal, otro será el futuro y otra la nueva convivencia. Gracias por la convocatoria, Juan Pablo Capuñay.