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Pisar tierra

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Fecha Publicación: 04/02/2022 - 22:00
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El flamante ministro de Economía, Óscar Graham, es el nuevo responsable de que el Perú navegue exitosamente en aguas turbulentas. El MEF indica que espera lograr una recaudación que llegue a los S/. 146 millones en el 2022, de acuerdo con la actualización del Marco Macroeconómico Multianual de enero del presente año. ¿Será eso posible?

Los pronósticos del Ministerio se basan en los mejores precios internacionales de los minerales (algo que no controla) y la reactivación económica del sector privado (que sufre los tsunamis políticos que salen de Palacio de Gobierno). La cifra actualizada implica que la SUNAT logre recaudar S/. 9 mil millones más a lo proyectado en agosto 2021, cuando el contexto estaba lleno de incertidumbre, pero aún no se habían dado los escándalos políticos que hoy enfrenta el Presidente Castillo.

La realidad no parece dar al MEF. Veamos un indicador sobre la actividad económica: el IGV. Si no se vende, no hay IGV que recaudar. Si no hay ventas, la economía se enfría. Por ello preocupa cuando la SUNAT informa que la tasa de crecimiento del IGV interno de enero ( S/. 4814) ha sido la más baja en los últimos 12 meses y confirma la desaceleración que ya se veía desde noviembre.

Se podría pensar -equivocadamente- que se trata de los impuestos de un interés “frio“ comercialmente hablando, dado que en enero las ventas caen, pero no es así. La recaudación de enero revela las ventas realizadas en diciembre, es decir durante la campaña navideña, la más importante del año.

Debido a factores internos y externos, la campaña comercial de diciembre fue mala. Y ese es el problema. Un lema en los negocios es alistarse para lo peor, esperando lo mejor. Este mantra parece no ser escuchado en el despacho de Jirón Junín y caen en triunfalismo, en momentos que debemos ser lo más realistas posibles.

Ciertamente el 67% de nuestros ingresos provienen de los impuestos, pero un importante 20% es por endeudamiento. Si vemos el otro lado de la moneda, es decir el gasto que se presupuesta para este 2022, hallamos que el 40% del dinero se va en pagar la planilla estatal y un 12% en pagar la deuda que hemos asumido.

Viendo las cifras, podemos esta tentados en recortar drásticamente el rubro de pago a personal es tentador, pero hoy no es posible. Los sectores educación y salud, tiene abundantes planillas que deben mantenerse dado la crisis COVID-19 que enfrentamos y la vuelta a clases. Entonces ¿por dónde debe pasar el recorte?

Debemos ser más realistas, premiar la meritocracia, pero esto es imposible si el mismo Presidente de la República nombra a personas totalmente descalificadas para el cargo, y mientras que el dinero que nos ha costado (por lo menos 20 años juntar) se sigue desperdiciando. ¿Por qué los contribuyentes debemos ser más exprimidos si no se administra bien el dinero ya entregado? Señores, no hay lonche gratis, y mucho menos ahora. Una pastilla de realidad no le hará nada mal, a los nuevos miembros del gabinete. A todos.

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