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Pésima negociación

Fecha Publicación: 23/01/2019 - 22:25
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Se ha filtrado en las redes el texto del preacuerdo celebrado entre Odebrecht y los fiscales peruanos que, se supone, persiguen la debida sanción contra todos los que cometieron actos de corrupción, en los cuales están involucrados los funcionarios de dicha empresa y sus consorciadas, así como los funcionarios del Estado de los últimos gobiernos, incluyendo los gobiernos regionales y locales.

Amén de que un acuerdo que involucre factores de política económica nacional no puede estar a cargo de un procurador y fiscales que no quieren, o no pueden, sustentar económicamente las razones por las cuales cedieron ante Odebrecht en todo, a tal punto que esta empresa corrupta hasta el tuétano ha obtenido en el plano económico y financiero todo lo que se ha propuesto a cambio de muy poco o casi nada.

Odebrecht ha logrado adicionalmente arrinconar a nuestros fiscales con una lista taxativa de los casos en que sus funcionarios van a colaborar, estableciendo ella dónde, cómo y cuándo se cometieron los delitos sólo en esos casos, abdicando absurdamente los fiscales de su deber de persecución de todos los casos en que existen graves indicios de corrupción.

El acuerdo de colaboración eficaz debió ser abierto a la integralidad de los casos que se están investigando, porque ante la ya demostrada ineficacia de nuestra Fiscalía para obtener directamente pruebas fehacientes de la comisión de los delitos y sancionar a todos los que ya conocemos, resultaba vital comprometer a los funcionarios de Odebrecht a colaborar proporcionando datos verificables para, en caso de falsear información, quitarles todos los beneficios.

Ahora no sucederá eso porque los funcionarios de la empresa en ciernes se darán el lujo de llevar a nuestros fiscales por las rutas que ellos han trazado para salvar su patrimonio y eludir responsabilidades, pero también como un blindaje a no sabemos qué funcionarios peruanos que están envueltos en escandalosos casos de corrupción cuyas investigaciones no están en la taxativa lista que nuestros fiscales han aceptado.

Si Odebrecht se resistía a aceptar un acuerdo pleno, simplemente se le incautaba todo lo que tenía en el país y salíamos ganando. Ante perderlo todo y perder a los peruanos corruptos, hubiera preferido lo último. Parece razonable una renegociación urgente de este malhadado preacuerdo porque no solo hemos sido saqueados económicamente, sino moralmente demolidos, porque los que encarnaron a la Nación están metidos hasta el cuello en la suciedad moral.