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Perversidad legislativa

Fecha Publicación: 20/02/2019 - 21:50
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La perversidad del discurso político impregnado de la “ideología de transculturización por la mentira” del Nuevo Orden Mundial está pasando a mayores, pues se está insertando no solo en el modo abusivo de legislar sino también en los contenidos de las leyes.

Desde normas legales que quitan la patria potestad a los padres a sola decisión del Estado hasta las que cambian adrede el concepto de familia natural por “democrática” y las que imponen la transculturización del género basándose en mentiras psicóticas, en tanto nos hacen creer en una reingeniería social del desarrollo, demuestran que la perversidad cultural está tomando cuerpo en el sistema legislativo con indicadores de emergencia nacional.

El ámbito económico que es el centro de esta reingeniería colonizadora dirigida técnicamente por la OCDE, ha generado un ensamblaje normativo de privilegio para las empresas operadoras del coloniaje, tanto nacionales como extranjeras, lo que ha dado a luz un engendro escandaloso con leyes pro impunidad y continuación de la corrupción  de Odebrecht y sus consorciadas y la imposición al sufriente pueblo peruano del pago de las indemnizaciones al Estado por sus graves delitos, a través de contratos obligatorios por obras a perpetuidad.

La Ley 30737, la 30424, el Decreto Legislativo 1352, y su reglamento aciago el D.S. 096-2018-EF suscrito por el presidente Vizcarra, nos hacen recordar la Ley 28670, con nombre propio que firmaron Kuczynski con Toledo, para permitir la contratación de Odebrecht contra la Ley de Contrataciones del Estado y el Informe de Control Preventivo de la Contraloría; pues estas últimas disposiciones legales también eximen del cumplimiento de la ley marco de contrataciones públicas para seguir contratando de modo obligatorio a las organizaciones delictivas de las empresas que cometieron los delitos más graves contra la Nación.

El peor problema de los que detentan poder político es perder la perspectiva de su temporalidad y abusar de éste como si fuera infinito, el peor problema de los fiscales y jueces es cuando pierden la conciencia de su independencia y sirven a los objetivos del poder.

Nos dejan una ardua tarea de tener que anular ilícitos acuerdos y compromisos lesivos, y desmantelar su inconstitucional ensamblaje normativo basado en mentiras ideológicas inventadas por mentes trastornadas interesadas en destruir a la humanidad y en los perversos objetivos de someter a las naciones al dominio de un Gobierno Mundial con fines de explotación, de esclavitud y de despojo.