Perú no es democracia, sino criminocracia
Bandas criminales comunes, nacionales e internacionales (especialmente mineras), han sobrepujado el poder político (Estado). Igualmente, bandas criminales políticas dominan en la administración de justicia y en el gobierno, y en general, en el país, la criminalidad generalizada de cuello y corbata y también las bandas en harapos. Y en todo el país, ya se ha generalizado la inseguridad.
En abril último, sin expedirse sentencia, se encarceló al expresidente y senador vitalicio Ollanta Humala. Expedida la sentencia semanas después, en vez de rectificarse el secuestro, hasta ahora lo mantienen preso. Tortura casi equiparable a una ejecución extrajudicial que debe llevarse a la Comisión de Derechos Humanos (Ginebra). Importantísimo resaltar que únicamente en la acusación fiscal del expresidente Ollanta Humala se precisa que no ha tomado ni un centavo de los dineros del Estado.
En un desvarío inimaginable, el Poder Judicial tiene en juicios prolongados a expresidentes Toledo, Ollanta, PPK, Vizcarra y Castillo, sin tener en cuenta que, por Constitución, son senadores con su dignidad de vitalicios. En consecuencia, de competencia judicial del juez titular menos antiguo de la Corte Suprema (Constitución, artículo 100). Monstruosidad, permitirse que jueces de primera instancia conozcan los casos de estos dignatarios cuando la Constitución establece que es competencia del juez supremo titular menos antiguo y resolverlo solo en semanas.
Otra monstruosidad: el caso del partido Antauro, en el que un fiscal de la Nación interino (Villena), usurpando la facultad exclusiva de la fiscal de la Nación titular, Patricia Benavides, se atrevió a solicitar la ilegalidad de este partido.
Ya inimaginable, la barrabasada que se ha hecho con el caso del Antauro en la Corte Suprema. No se respetó el debido proceso: permitir la participación de vocales interinos y las instancias sin jerarquía. Y sobre el resultado no se ha pronunciado el pleno de la Corte Suprema. El JNE es cómplice por haber abdicado de su competencia de ser la única instancia en administración de justicia en materia electoral.
La actual fiscal de la Nación, Delia Espinoza, está firme en su puesto. Las amenazas que se generalizan contra ella son porque ha prometido limpiar este «Establo de Augías», que es restablecer al Antauro en la contienda electoral.
De los 43 partidos, el único que puede solucionar en solo meses el gravísimo problema del Perú —que es la criminalidad que ya sobrepuja en el poder— y liquidar militarmente al actual terrorismo, es el Antauro, partido de raigambre y espíritu militar, con 2 acciones armadas, Locumba y Andahuaylas, y 18 años de cárcel.
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