ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Perú en venta, incluye Congreso

Imagen
Fecha Publicación: 01/04/2022 - 22:50
Escucha esta nota

Nadie duda de que el gobierno llegó al poder para robar. Era el principal objetivo, demostrado con latrocinios propios de grandes rateros. No olvidar que las elecciones las ‘ganó’ con fraude un frente de extrema izquierda. La ideología que abrazan es proclive al senderismo y al castrismo. Esto explica el porqué de tanta rapiña. La democracia y el respeto a la Constitución no están en su ‘chip’.

La mayoría de cargos de confianza no es ocupada por las calidades técnicas y profesionales de quienes acceden a ellos, sino porque son chotanos, obsecuentes o están dispuestos a todo. Los sobrinos de Pedro Castillo y su compadre Bruno Pacheco son el súmmum de la pillería. Junto con Zamir Villaverde –quien brindó seguridad y movilidad a Castillo en la campaña electoral– y otros funcionarios constituyeron una organización criminal. Una Chota Nostra, como se dijo, donde el ‘men’ es el mandatario.

Capítulo aparte son las declaraciones de los abogados de los ‘sobrinísimos’ y de Pacheco. Fustigan y ‘rapapolvean’ a la fiscal del caso por la prisión preliminar para la banda. Se les tolera. Cuando el exfiscal de la Nación, Pedro Chávarry, en uso de sus funciones, consideró separar del caso Lava Jato a los magistrados Vela y Pérez, se le ajustició mediáticamente.

La justicia también está corroída por la corrupción. La condena del periodista Beto Ortiz (con quien nos solidarizamos) por difamación a un exviceministro ¡acusado de asesinato por la Fiscalía! lo ilustra. Rápidamente, en ocho meses, el gobierno va mostrando su rostro siniestro. Imaginará el lector las trapacerías que ocurrirán en la Fiscalía frente al caso Bruno Pacheco/‘sobrinísimos’. Castillo no dice ni pío, solo ataca a la prensa. Y esta no protesta en conjunto.

Parte del Congreso cayó en la corruptela. La bancada de AP, salvo Maricarmen Alva y algún otro(a), está mayoritariamente sometida al gobierno. La razón: les dan obras para sus regiones y también comisiones. Pero ellos se escudan en una falsa gobernabilidad. Igual ocurre con los abstencionistas de Alianza para el Progreso. Se ponen la soga al cuello. Cuanta más putrefacción, más razones del régimen para cerrar el Congreso. El primer poder del Estado ya fue comprado.

Los partidos de estos parlamentarios aliados del régimen, que llegaron para medrar, no los expulsan. Sabe dios qué cálculo político macabro manejan. Sus votantes no los repudian, velan por su precaria economía. Y el Congreso les permite renunciar a sus bancadas y formar un grupo parlamentario. Debería ser al revés: quien es separado de la bancada por su partido se vuelve un paria. Es una oportunidad para modificar el reglamento del Congreso en este aspecto. Cierto que los congresistas no están sujetos al mandato imperativo, pero llegaron por una organización política.

¿Por qué se alquilan o se venden los políticos? Por dinero, en algunos pocos casos por extorsión. El poderoso caballero compra conciencias y convicciones. No todos los funcionarios y congresistas son facinerosos. Sin embargo, en este régimen, medrar se convirtió en la única actividad. Por eso la mina Cuajone está paralizada por comuneros que exigen US$ 5,000 millones como compensación; un despropósito, pero cortan el agua a los trabajadores. Los investigados por la Fiscalía se fugan cuando les da la gana y se persigue a la prensa. Si no hay reacción, será peor.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.