ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Perú en la era Trump (I)

Imagen
Fecha Publicación: 15/02/2025 - 20:20
Escucha esta nota

Toda América Latina (Cuba, Venezuela y Nicaragua especialmente) sienten ya el poderoso impacto que ha supuesto la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Podemos digerir, enfrentar, aprovechar este segundo mandato y lo que podría verse como la “Era Trump” repotenciada, ya sea con las armas de la emotividad o de la racionalidad. Los latinoamericanos hemos optado, a menudo, por lo primero, lo que constituye un grave error histórico, que, a pesar de seguirnos pasando factura, repetimos una y otra vez.
Mr. Trump es el resultado de una elección democrática, sus puntos de vista respecto del papel que debe jugar los EE.UU en el actual escenario internacional son legítimos. Para gusto de unos, y disgusto de otros, interpreta como hombre de derecha lo que piensa, le conviene a esa nación y a esa economía, acendrando el peso que debe tener en el orden global en este siglo XXI.
Insistir en el antinorteamericanismo y un antiimperialismo fomentado por el castrismo a inicios de los 60 es torpe e infantil, además de delirante. Aquello podría entenderse si existiera la URSS y la China de Mao, faros ideológicos, y supuestos modelos a seguir por la izquierda marxista. Pero hoy esas economías socialistas y planificadas no existen, han sido reemplazadas por capitalismos a ultranza, más duros que el norteamericano, pero con variantes distintas. ¿De qué antiimperialismo hablamos entonces?
Subsiste empero el antinorteamericanismo del que hacen gala quienes tienen un interés superlativo en explotar un nacionalismo extraviado, y necesitan redituar con el monstruo imperialista, el big stick, porque conviene a sus regímenes. Países como el nuestro, ¿habremos madurado lo suficiente como para entender que tenemos que saber mirar el reloj de la historia y analizar con prudencia y tino las relaciones internacionales? La verdadera independencia nacional de nuestros países no es sinónimo de antinorteamericanismo, aunque así lo vean izquierdas extremas, sacha nacionalistas y especialmente las dictaduras y narcodictaduras.
A nadie puede escapar el surgimiento de China como gran potencia económica, que rivaliza cada vez con mayor intensidad con los EE.UU.; tampoco que estos han venido declinando por políticas equivocadas, ¿estarán tomado vigencia nuevamente los postulados de Samuel P. Hungtington en su libro “Choque de civilizaciones”?, yo creo que es una reminiscencia en otro plano, en versión 2.0 .
Un botón de muestra ha sido el terremoto bursátil el lunes 27 del mes próximo pasado, ocasionado por el desplome de Nvidia, el mayor fabricante norteamericano de chips. Este ha perdido US$ 600,000 millones de la capitalización bursátil, por la irrupción de la aplicación china DeepSeek, una amenaza para el mercado de la inteligencia artificial (IA) estadounidense, debido a su código abierto y sus bajos costes. Trump, ha dicho este lunes que esta es “una llamada de atención” para las industrias de su país, y que “Necesitamos estar concentrados en competir para ganar”.
Ganar no solo en el terreno económico, sino también en el social y cultural. Esto me hace recordar la frase, “Ganar no lo es todo…es lo único”. Por eso la mano dura de Trump contra los carteles de la droga y otras organizaciones criminales que se montan sobre una ola migratoria, que no ha sido regulada por el estado. Por eso el enfrentamiento radical al pensamiento progre y woke con su perverso intento de deconstruir la cultura tradicional de los EE.UU, una tierra de libertad, no de libertinaje…continuará…

Por Francisco Calisto

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.