Perú dual: balance a julio 2024
Perú no es uno sino dos: Perú autóctono o Perú profundo milenario con ADN de Manco Cápac y Perú foráneo que viene desde 1532 con Pizarro y sus esclavos negros, más tarde, chinos y japoneses, fieles a sus naciones de origen; pues, no tienen patriotismo por el Perú sino intereses patrimoniales.
El Perú profundo desde 1532 le resiste: Guerra con ejércitos (1532-1572), coexistencia del Tahuantinsuyo subordinado al monarca español con el quechua declarado legalmente “Lengua General de los Indios” hasta 1781 (Legislación toledana). A partir de 1781, legislación arecheana: españolización de la población autóctona prohibiendo el quechua.
El Ejército etnonacionalista del General Velasco (1968-1975) restableció al Perú autóctono. Desde 1990, el fujimorismo extranjerizó todos los recursos nacionales. Hoy, como siempre, su situación es de extrema erosión intelectual y relajo moral.
Al finalizar la Legislatura Ordinaria, la extrema derecha del Congreso decidió liquidar a la JNJ, destituir al JNE, reponer a la Fiscal Patricia Benavides, apoyando al Equipo Especial de la Fiscalía y a la DIVIAC de la PNP contra la misma Presidenta de la República ; es decir un gobierno paralelo al de Boluarte.
Para realizarlo fijó el 15 de junio; pero no alcanzó quorum y lo postergó para este 19 de julio. Hasta la fecha no han hecho nada.
La Comisión Permanente está usurpando al Congreso.
El Congreso ha convocado una marcha de las provincias a Lima para el 27 y 28 de julio para vacar a la Presidenta y que el mensaje a la Nación lo dé el nuevo Presidente del Congreso convocando a elecciones generales el 2025: imposible.
Por su parte, el Perú profundo está encarando el problema del momento: sobre endeudamiento de más de $ 4,500 millones y necesidad de $ 2,500 millones para poner en funcionamiento al 100% la refinería de Talara.
El Perú profundo está exigiendo intervenir los activos de las 100 grandes transnacionales que adeudan al Perú más de $ 25,000 millones, ejecutarlos en el presente semestre. Dinero más que suficiente, incluso para bosquejar el restablecimiento de la siderurgia, hacer 2 petroquímicas, apoyar a las universidades nacionales y especialmente a Concytec para que rápidamente dispongamos de alta ciencia y tecnología propias, requisito para convertirnos en potencia mundial.
Además, prohibir la exportación de concentrados porque en su refinación, hay decenas de minerales cuyo valor duplican al cobre, pero las transnacionales solo nos pagan el cobre.
La Presidenta posiblemente no se atreva. El único que puede ejecutarlo es el Perú profundo, máximo hasta fin de año.
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