Persiste la violencia contra la mujer en el mundo
Recientemente hemos recordado el Día de la No Violencia contra la Mujer en el mundo -el 49.5% de la población planetaria son mujeres-, y quisiera referirme a la violencia que padecen, pues sigue siendo uno de los mayores dramas contra la mujer en pleno siglo XXI. El hombre que usa la fuerza, pega o lastima a una mujer, será tildado de cobarde de por vida. La naturaleza nos hizo distintos, pero sabiamente complementarios, y percatarnos de esta realidad es una exigencia de vida permanente. La violencia física o la violencia psicológica impactan en la mujer y por ambas queda lesionada, sobreviniendo la muerte en muchos casos. En efecto, por la violencia sexual el varón atropella la libertad de la mujer para decidir libremente si quiere o no tener relaciones sexuales con él. Esta es la manifestación más extrema de la bajeza del varón pertrechado en la ventaja de su fortaleza para reducirla hasta denigrar su estructura volitiva; y en el caso de la referida violencia psicológica, la mujer queda disminuida por la amenaza del varón que revela su imperdonable conducta abusiva, quebrando la natural docilidad de su feminidad. Junto a estas dos manifestaciones contra la mujer está la violencia económica por la que el varón, que controla los medios y los modos de producción en un mundo que sigue siendo patriarcal –hay que reconocerlo– y excitado por el prejuicio y su propia inseguridad, diría mejor, por su miserable mediocridad, mediatiza la libertad de la mujer que, sin recursos, se ve disminuida y sumergida en una trágica dependencia. Una mujer que prescinda materialmente del hombre desde el realismo social, podrá mover mejor sus fichas de vida. Es verdad que la violencia contra la mujer ha aumentado en el mundo, pero también lo es que las denuncias contra dicha violencia también, con lo cual queda confirmado que el miedo se está perdiendo. La única forma de erradicar la violencia contra la mujer será al tiempo que, promoviendo oportunidades para su emprendimiento, invertir en la educación de todos, pues ese será el único camino para sepultar el machismo dominado por la ignorancia y arraigado al proceso histórico de la humanidad.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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