Persiste la inestabilidad política
Como consecuencia se ha generado la inestabilidad económica y social. Son responsables los políticos “electos” para los Poderes Ejecutivo y Legislativo, que en lugar de resolver los problemas nacionales que agobian al pueblo, persisten en mutuas confrontaciones.
Hace décadas congresistas están “combatiendo” al que ejercía la Presidencia del país y sus ministros. Lograron que Pedro Pablo Kuczynski Godard renuncie (23/03/2018) y lo “reemplazaron” con Martín Alberto Vizcarra Cornejo hasta el 09/11/2020 en que lo declararon incapaz moral; vinieron sus transitorios reemplazantes Manuel Arturo Merino De Lama (por unos días) y Francisco Rafael Sagasti Hochhausler que convocó a elecciones del 2021. Eligieron como el “mal menor” a Pedro Castillo Terrones (28/07/2021) quien cayó “por su golpe de estado” (07/12/2023) y lo reemplazaron con Dina Boluarte Zegarra (07/12/2022) no obstante, que al igual que sus predecesores, y a ella misma le atribuyen actos de corrupción igual que a los expresidentes Ollanta Humala Tasso, Alan García Pérez (+), Alejandro Toledo Manrique que son objeto de investigaciones fiscales y/o procesos penales.
Igualmente, en el Legislativo se ha evidenciado que “algunos” congresistas han cometido actos de corrupción que son materia de investigación en la Comisión de Ética y el Ministerio Público. Pero al margen, en la sociedad hay formada la idea negativa por el actuar de este Poder estatal y para “colmo” se conoce que se han hecho aumento de una de sus remuneraciones mientras para los trabajadores persiste la RMV. Por otro lado, han “explotado” actos no correctos en el Ministerio Público y también hay descontento generalizado por las dilaciones de los procesos en el Poder Judicial.
La inestabilidad política motiva la económica del Perú porque empresarios nacionales han huido del país y los extranjeros persisten en no invertir en el Perú debido a la situación política; no están alentados para hacerlo porque en la realidad no se les garantiza que se respetara sus inversiones. La carencia de nuevas inversiones determina que no se explote más la minería, pesquería, agroindustria, textil, turismo, etc. cuyas producciones con valor agregado en nuevos centros de trabajo produciran bienes para los mercados nacionales e internacionales. Se necesitará muchísima mano de obra y los trabajadores percibirán remuneraciones racionales con lo se incrementará el consumo de bienes. Todo lo expuesto mejorará la economía nacional y combatirá la desocupación y la pobreza.
¡Es hora de luchar contra las inestabilidades que sufre el país!
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