¡Perseveremos en remover a los caviares!

Antes de cumplirse año y medio de, aparentemente, haber sido solventada la crisis política -tras la implosión del régimen comunista que encabezó el senderista Pedro Castillo- afrontamos un nuevo trance que, esta vez, compromete a la presidenta Dina Boluarte. En la mañana de ayer, se conoció una orden de captura para su confuso hermano Wigberto Nicanor. El hecho que este -a quien la presidenta defiende con uñas y dientes- esté requesitoriado por la Justicia, sindicado como la cabeza de una organización criminal, revela el trance en que ahora se encuentra Madame le Président. Porque, además, en esta oportunidad entre la lista de pedidos por la Justicia aparece el nombre del abogado personal de la mandataria, Mateo Castañeda. Un gobierno de por sí frágil, cuya lideresa ya venía siendo investigada por el Ministerio Público -tras el escándalo de unos relojes- que hoy encara un nuevo entuerto. Uno que, en la práctica, viene madurando desde su juramento presidencial la señora Boluarte. ¡Pero esta vez va en serio! Se trataría nada menos que del uso ilícito del aparato estatal en que habría incurrido Wigberto Nicanor Boluarte, con el propósito de poner en marcha una siniestra organización de manipulación política donde él, junto a sus allegados, estarían involucrados en controlar espacios claves del Estado con miras electorales. Aunque según hipótesis simultáneas también se referiría a la desarticulación del denominado “Equipo Especial de Apoyo al Equipo Especial de Fiscales Anticorrupción en el Poder”. En castellano, un contraataque al petardo disparado por el nuevo ministro del Interior contra la mafia caviar -donde operaba el infausto coronel Colchado- que venía organizando una suerte de policía paralela de incuestionable corte político.

Toda esta convulsión responde a la guerra nuclear entablada por los caviares contra nuestra sociedad, hastiada del dominio de esta casta que se ha apropiado de dos instituciones del Estado: Poder Judicial y Ministerio Público, para extorsionar al resto del aparato público y gobernar el país sin los votos del Pueblo. Lamentablemente, en esta guerra el pueblo es la víctima. Usted podrá observar, comprobando que su nación se desintegra cada segundo. Hoy la situación sociopolítica/económica del Perú es, sin temor a equivocarnos, muy grave, amable lector. ¡Y conforme corran los días, seguirá empeorando! Esto obedece al plan preconcebido del comunismo sudaca que apela a la táctica marxista de liquidar los Estados para, a partir de sus cenizas, recrear otro a imagen y semejanza del estalinismo. Y, concretamente hoy, al plan de los caviares de demandar adelanto de elecciones, pretendiendo repetir el plato con otro Sagasti.

Sigamos firmes en el rumbo correcto de la batalla contra los caviares, demandando la independencia del Estado administrado ¡solamente! por autoridades electas por el Pueblo. ¡Basta de prepotencias colonizantes! ¡Y basta de corruptos como quienes insisten en imponernos como gobernante a una casta de señoritos caviares, quienes arbitrariamente se juzgan intelectual, moral, socialmente superiores a usted, amable lector!
Perseveremos en la remoción de los caviares del Ministerio Público, Poder Judicial, Junta Nacional de Justicia. ¡El Parlamento está obligado a atender a las mayorías!

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