¿Perseguido político quien ejerce el poder?
En un año tan difícil como el presente la atención de la ciudadanía está hoy centrada en el decisivo partido del lunes que viene, definitivamente el fútbol sigue siendo el deporte más popular en nuestro país, pero también hace de bálsamo o de escapismo. Todos esperamos que el resultado de esa contienda sea positiva y que podamos sumar nuestra sexta participación en la justa mundial de este deporte. A pesar de que a nivel de clubes nuestro fútbol está en su peor momento, la selección peruana ha tenido logros importantes en los últimos años casi repitiendo las mejores perfomances de nuestra historia que nos dieron la brillantes generaciones de futbolistas de los años 70 y 80, los expertos en este tema no encuentran explicación a este contraste. Lo cierto es que una nueva clasificación al mundial traería beneficios tan ansiados para sobrellevar los duros momentos que se avecinan y que hoy ya muestran sus primeras señales como la inflación, que no solo es aquí en Perú sino a nivel mundial, y la crisis alimentaria que se agudizará el próximo año, golpeando con más dureza a los sectores más pobres de nuestra sociedad.
Y en este escenario, el Legislativo de forma exprés pretendiendo modificar cincuenta artículos de nuestra carta magna, sin mayor reflexión ni debate, imprescindible para tamaña reforma constitucional, en tanto el Ejecutivo, envuelto en el triste espectáculo de ministros capturados por la justicia o requisitoriados y hasta prófugos, y ni qué decir de carteras vitales como las de Energía y Agricultura donde la improvisación y pésima gestión nos pasa la factura a todos los peruanos, ministerios claves para enfrentar lo que se nos viene fruto de la invasión Rusa a Ucrania cuyas consecuencias sufriremos en los años venideros, por ello es imprescindible afinar las políticas energéticas y agrícolas que puedan solucionar adecuadamente los grandes problemas que ya tenemos enfrente, pero que serán todavía mucho más intensos en el futuro.
En opinión de esta columnista, la actual gestión ha herido gravemente la institucionalidad del país al desmerecer la investidura de los cargos de altos dignatarios, ha normalizado la poca transparencia en la gestión pública, ya ni siquiera por respeto a la ciudadanía se sirven desmentir las sindicaciones por corrupción que los vincula, nadie evita el pase a la clandestinidad de funcionarios y familiares del entorno presidencial requeridos por la justicia, quienes apelan al juego de palabras de que no ponerse a derecho no es darse a la fuga, sino defender su inocencia, a la par de declararse “perseguidos políticos”, ante lo cual cabe preguntarse ¿de quién o quiénes?, si estos personajes son los que están en el poder político, son gobierno y encima advierten pedirían asilo en una embajada, que no creemos se les conceda al sindicárseles responsabilidad por supuestos actos de corrupción, no por sus ideas políticas. En fin, ¡SIEMPRE ARRIBA PERÚ!
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