Periodismo de perreo
Al paso que vamos, los periodistas quemarán los libros y los lectores usarán el papel de los diarios para envolver pescado o indicarle al perro cuál es su ‘baño’. Umberto Eco, quien estudió las nuevas tecnologías de comunicación y las redes sociales, declaró en una entrevista con La Stampa en 2015 que internet: “Le da el derecho de hablar a legiones de idiotas, esos que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”. Hoy el fenómeno de los idiotas está invadiendo a los medios impresos y a sus páginas web, debido a que olvidan los libros y corroboran información mediante internet, imperio de sitios repletos de fake news y errores de toda especie, especialmente históricos, literarios y científicos.
Un axioma periodístico muy repetido por quienes se las pegan de intelectuales dice: “No es noticia un perro que muerde a un hombre, sino un hombre que muerde a un perro”. Un axioma es una proposición aceptada como verdadera sin necesidad de ser comprobada, y esta salió de la boca del banquero, escritor, magnate de la prensa y político anglo-canadiense William Maxwell Aitken (1879-1964). Winston Churchill, con quien mantenía una relación tóxica, dijo: “Hay gente que toma drogas, yo tomo Max”.
La prensa peruana ha llevado lo dicho por Max demasiado lejos. Cuando la presidenta Boluarte visitó un colegio y cantó el gatito Run-Run, casi ningún chiquillo conocía la letra. Y eso fue lo que resaltó la prensa; a ningún colega le pareció extraño que los niños no supiesen canciones infantiles, ni les interesó preguntarles qué escuchaban. Eso sí habría sido información apocalíptica, porque en nuestro país las niñas de ocho años o menos saben de paporreta vulgares letras de trap y reguetón, como esa de Bad Bunny: “Vino ready ya, puesta pa’ una cepillá’, me chupa la lollipop, solita se arrodilla, hey”. Ajá, esa bulla pornográfica escuchan nuestros niños en sus celulares. Y a los doce años ya bailan perreo (acto sexual con ropa).
La ministra de Vivienda, la señora Hania Pérez de Cuéllar, llegó a Puno, donde la recibieron sin laberinto. Puso la primera piedra de un proyecto de saneamiento que beneficiará a medio millón de puneños, aquellos manipulados por los ponchos rojos del MAS boliviano, de Evo Morales. Lejos de informar sobre la obra del gobierno de Boluarte, la prensa resaltó que Pérez de Cuéllar pidió al pueblo orar para que las autoridades no cayeran en la tentación de robar.
Parece que el diablo anda por algunas redacciones. Por cierto, ayer en varios distritos de Puno sacaron en procesión a Santa Rosa de Lima, y miles de puneños acudieron a diferentes templos a orar, seguramente para desterrar la corrupción y agradecer porque el gobierno llegó hasta esas alturas, tan cercanas al cielo.
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