Perfidias palaciegas
La congresista Luciana es miembro titular de la Comisión Permanente del Congreso -la cual no ha sido disuelta-; sin embargo, ante el Estado policíaco en que vivimos su despacho ha sido allanado igual que su vivienda, esto viola la Carta Magna (Artículo 93: “No pueden ser procesados ni presos sin previa autorización del Congreso o de la Comisión Permanente, desde que son elegidos hasta un mes después de haber cesado en sus funciones, excepto por delito flagrante, caso en el cual son puestos a disposición del Congreso o de la Comisión Permanente dentro de las veinticuatro horas, a fin de que se autorice o no la privación de la libertad y el enjuiciamiento”) y el Reglamento del Legislativo (Artículo 16: “Los Congresistas no pueden ser procesados ni presos sin previa autorización del Congreso o de la Comisión Permanente, desde que son elegidos hasta un mes después de haber cesado en sus funciones, excepto por delito flagrante, caso en el cual son puestos a disposición del Congreso o de la Comisión Permanente a más tardar dentro de las veinticuatro horas, a fin de que se autorice o no la privación de la libertad y el enjuiciamiento. La inmunidad parlamentaria no protege a los congresistas contra las acciones de naturaleza diferente a la penal, que se ejerzan en su contra, ni respecto de los procesos penales iniciados ante la autoridad judicial competente, con anterioridad a su elección, los que no se paralizan ni suspenden”).
La Constitución Política poco les importa a las autoridades, se zurran en el Reglamento del Congreso, en el Código Civil, el Código Penal, en la legislación nacional y supranacional del cual el Perú es Estado Parte.
Estamos a expensas de los dictados de Palacio de Gobierno y del IDL que utilizan el Ministerio Público y la Diviac para amedrentar y conculcar los derechos constitucionales que tenemos los ciudadanos.
Se ha implantado una persecución política, primero fue la casa de la Sra. Roxanne Chessman, luego la de Luciana León.
Estamos en camino a una dictadura, mientras se aplaude sin rabiar el hoyo en que nos está llevando el felón Vizcarra.
Tenemos la obligación patriótica y moral de frenar la locura bolivariana que puede arrasar la democracia y el Estado de Derecho.
El Perú está primero, defendamos la democracia, basta ver el escenario autoritario cada día.
Está en el deber, obligación y cultura cívica saber elegir y no ser borregos de la manipulación de los medios de comunicación social.
El 26 de enero próximo tendremos que ir a votar gracias al capricho inconstitucional del presidente Vizcarra y así avalar el avasallamiento a la institucionalidad democrática.
Los más activos son los grupetes de izquierda, los cuales aprovecharán de manera “exprés” cambiar la Constitución Política y el modelo económico, como ya lo señalaron.
Vizcarra afirmó que “Hay que mejorar la democracia, fortalecerla”, ¿Con qué catadura moral se puede expresar si ha sometido a todos los poderes del Estado? ¡Eso no es democracia, es dictadura!