Pensando en el futuro

Nos encontramos hoy nuevamente ante una clase política que se acomoda de acuerdo con cómo sopla el viento. Hoy, nuevamente con el tema de las AFP, vemos cómo los distintos grupos parlamentarios, inclusive la presidenta, reculan y se dejan llevar por la “opinión pública”.
Así es: primero sale una ley de AFP muy cuestionada, que claro, al final, ante cámaras, nadie hizo ni nadie propuso, donde claramente se favorece a un sistema necesario, pero que está fallando; para luego, tres doritos después, caer en el populismo de destruir lo que días antes protegían, aprobando los famosos retiros para tratar de ganarse el favor de la población y algunos votos.
Contar con un sistema que asegure la jubilación de los peruanos es indispensable, pero la realidad demuestra que son muy pocos los que aportan porque la mayoría de peruanos somos “informales” y, seamos sinceros, la mayoría vive día a día y no está pensando en guardar ni para el fin de semana siguiente.
Les hago una pregunta a todos estos políticos que hoy hablan del futuro del país: ustedes, sus hijos y sus familiares, ¿van a una escuela pública o particular?, ¿van al hospital público o a la clínica privada? Creo que todos sabemos la respuesta.
La realidad real es que los peruanos pagamos por salud, educación y servicios que el Estado debería darnos (porque son derechos que están en la Constitución) dos veces. Una, con los impuestos que todos, formales e informales, pagamos y, como con esa plata no han hecho nada —más que llenarse los bolsillos—, tenemos que pagar la segunda vez a quienes nos dan los servicios privados.
Sí, porque tienen que pagar para sus hijos los cursos en academias de nivelación (muchos de los profesores son públicos) y así puedan aprender algo, o pagar por exámenes y medicinas que el Estado no provee por distintas razones. Claro está, hay millones de peruanos a quienes no les alcanza para hacer ese segundo pago con dinero, y lo hacen con su vida, con su futuro y su desarrollo. Ahí, amigos, es que recae el problema.
Amigos, a pesar de contar con un Estado enemigo, los peruanos hemos salido adelante: el carretillero hoy tiene una flota de camiones, el ambulante sus propios locales comerciales e interminables ejemplos más.
Si queremos que los peruanos piensen en su futuro necesitamos trabajar en las soluciones de hoy. Cuando una familia no tenga que pagar dos veces por educación, salud o servicios básicos, podrá crecer y prosperar aún más. Podrá generar riqueza y excedentes que, estoy seguro, serán destinados en parte a asegurar un futuro.
El cambio de ciclo implica cambiar a toda esta clase política que solo responde a intereses y favores de mafias y amigotes, que solo hace las cosas pensando en sus bolsillos y en la popularidad para las siguientes elecciones.

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