Pedro Castillo dinamita la economía nacional
Por José Antonio Torres Iriarte
El gobierno de Pedro Castillo en el ejercicio del poder está demostrando con creces que no tiene el más mínimo interés en reactivar la economía y sentar las bases del crecimiento económico, que haga posible la reducción progresiva de la pobreza y el fortalecimiento de las clases medias emergentes en nuestro país.
Perú Libre como partido de gobierno no ha cedido en sus objetivos políticos y en la convocatoria a una Asamblea Constituyente, más allá de la aparente falta de disciplina y unidad que afronta el grupo parlamentario, al que han renunciado recientemente algunos congresistas. Los grupos parlamentarios no se apoyan en partidos políticos institucionalizados, en los que la lealtad a principios y valores sea el eje de su accionar político. La izquierda comunista o marxista leninista en nuestro país se caracterizó siempre por las escisiones, divisiones, liderazgos múltiples; desde los años sesenta, cuando el maoísmo como corriente ideológica se enfrentó al viejo partido moscovita liderado por Jorge Del Prado. La llamada Izquierda Unida, liderada en los años ochenta por Alfonso Barrantes, trató de emular a la Unidad Popular de Chile, que en 1970 llevó a la presidencia a Salvador Allende.
En el Perú, la llamada Izquierda Unida tuvo una breve existencia y desde los años noventa, los partidos, movimientos o frentes de izquierda han tenido múltiples identidades, liderazgos nacionales y regionales. Perú Libre no busca la unidad de la izquierda marxista en todas sus acepciones; por el contrario aspira a la toma de poder, el control de las fuerzas armadas y la policia nacional; pretende limitar la autonomía del Ministerio Público y el Poder Judicial; siendo evidente que tanto Pedro Castillo y Vladimir Cerrón forman parte de un proyecto político autoritario.
Pedro Castillo no es un estadista, sus limitaciones son manifiestas, no es capaz de conducirse con probidad, austeridad y se mantiene alejado de la prensa nacional o extranjera. Como candidato presidencial trató de presentarse como maestro rural, campesino, rondero y hombre forjado en la lucha sindical; sin embargo el país está comprobando como el gobierno se autodestruye a diario, poniendo de relieve que los ministros y funcionarios de primer nivel carecen de la experiencia y solvencia profesional necesarias para afrontar las tareas de gobierno.
Perú Libre forma parte del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, el gobierno peruano forma parte del llamado “socialismo del siglo XXI”. Los lazos de Pedro Castillo con el Movadef (brazo político de Sendero Luminoso) son evidentes, siendo claro como a propósito de la moción de vacancia presidencial, el propio presidente Castillo buscó apoyo por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador de México.
Pedro Castillo deshonra al Perú, se ha propuesto dinamitar la economía nacional; alentando la violencia en contra de la minería formal, siendo claro que desde la presidencia del Consejo de Ministros se han puesto en marcha acciones deliberadamente opuestas a la inversión minera. No nos engañemos el accionar violentista del Movadef, la injerencia política de Evo Morales y López Obrador, el fortalecimiento de la economía cocalera y la ávidez por el enriquecimiento en el ejercicio del poder; son en líneas generales algunos rasgos de un gobierno incapaz y corrupto.
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