Parte de la historia del Perú vivida
En estos 65 años he vivido el golpe de Estado del general Juan Velasco Alvarado, el 3 de octubre de 1968, y la férrea defensa por la libertad de prensa y la democracia que mi padre batallaba. Muchos de sus amigos fueron deportados. Luego, el 27 de julio de 1974, a vísperas de las Fiestas Patrias, se confiscaron los medios de comunicación social y se creó Telecentro. Lo que uno veía en la TV era la misma nota que escuchaba por la radio o leía en los diarios. Fue una época funesta para los periodistas, el estado de derecho y la democracia.
El 29 de agosto de 1975, el general Francisco Morales Bermúdez encabezó el Tacnazo, un golpe de Estado contra el general Velasco. En la tarde de ese mismo día, abandonó Palacio de Gobierno y se marchó a su residencia de Chaclacayo. El general Morales Bermúdez convocó a elecciones generales para la conformación de una Asamblea Constituyente, y los representantes electos se reunieron el 28 de julio de 1978 y eligieron presidente a Víctor Raúl Haya de la Torre. Luego, pasaron a discutir y redactar la Constitución Política de 1979.
Se convocó a elecciones generales, y el escrutinio dio por vencedor a Fernando Belaúnde Terry. Tras juramentar como presidente el 28 de julio de 1980, lo primero que hizo fue devolver los medios de comunicación social a sus legítimos dueños. La libertad de prensa volvió a imperar nuevamente. Luego vino el desastroso gobierno de Alan García y la hiperinflación, hasta el gobierno de Alberto Fujimori y el autogolpe del 5 de abril de 1992, donde “disolvió” la Cámara de Senadores y de Diputados. Se compró la línea editorial de los canales de TV, aparecieron los periódicos “chicha” y se vivió una dictadura. Fujimori gobernó durante más de diez años con una “interpretación auténtica” de una nueva Constitución Política y se creó la unicameralidad, mientras que el Poder Judicial era manejado por Vladimiro Montesinos a su antojo.
Después asumió Valentín Paniagua y convocó a elecciones generales, donde apareció Alejandro Toledo, quien ganó la presidencia. Posteriormente, fue elegido Alan García por segunda vez. Continuó Ollanta Humala y luego Pedro Pablo Kuczynski. Vino el declive de nuestra política con Martín Vizcarra, la efímera presidencia de Manuel Merino, quien renunció al cargo, y tuvimos a Francisco Sagasti, en donde la izquierda estaba en su salsa y en contubernio con el Jurado Nacional de Elecciones, la Oficina Nacional de Procesos Electorales y la Reniec.
Tuvimos de presidente a un impresentable ignaro como Pedro Castillo —hoy preso—, donde todo el aparato estatal fue copado de indoctos. Tras un fallido autogolpe del “maestro” chotano, nos encontramos con otra impresentable, a pesar de su cirugía estética, Dina Boluarte, donde su política pública fue la instauración del cinismo, de la mano con Alianza para el Progreso en un cogobierno, donde todo se tapa.
Teniendo mínima comprensión lectora, quien viene destruyendo nuestra patria es una izquierda que de izquierda solo tiene el nombre y vive en la opulencia desmedida, engañando a un pueblo que no piensa ni recapacita, el cual, desgraciadamente, es manipulado por la televisión y algunos medios que se han apartado de la norma ética.
Entendamos que la ideología política es como la religión o la mujer: se mantiene incólume hasta el último aliento. En ello radica la grandeza de los hombres con principios y ética.
¡Entendamos, queridos lectores: necesitamos conciencia cívica y saber elegir!
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