¿Para qué se reunieron Xi Jinping y Vladímir Putin?

Sigo creyendo que la alianza estratégica entre la Federación de Rusia y la República Popular China es circunstancial. Amigotes francamente no lo son. La realidad de una guerra como la que enfrentan Moscú con Ucrania no es poca cosa como para que ambos países establezcan códigos de relacionamiento mirando al enemigo común del siglo XXI: Estados Unidos de América.

Esta semana que acaba se reunión y esta vez fue Xi Jinping, el presidente de China, quien fungió de visitante. El encuentro en Moscú con cena pomposa incluida ha servido para que ambos mandatarios acuerden sostenidamente aquello que por teléfono no se puede convenir.

Directamente es el formato para las grandes decisiones. Aunque conversaron primero a solas y luego con sus respectivos equipos, seguramente sobre diversos puntos de la agenda bilateral, el tema de la guerra debió ser, a ojo cerrado, el asunto central del viaje de los dos presidentes.

Los objetivos de Beijing y Moscú son distintos desde los intereses nacionales de cada país pero deben tener uno común y muy claro mirando las relaciones internacionales asiáticas y mundiales por el referido conflicto armado.

Es evidente que Xi ha prometido a Putin todo el apoyo económico que hoy no cuenta Moscú, alicaído por las sanciones que sistemáticamente le ha vendo imponiendo Washington.

En esa línea, a Moscú con pocas posibilidades para entrar en exquisiteces, ha tenido que aceptar venderles a los chinos sus vastos recursos naturales (gas, petróleo, etc.,) porque es lo que más interesa a Xi para su patria. China quiere ser la primera superpotencia del mundo, y para conseguirlo requiere contar con la mayor cantidad de minerales y en esa tarea están dedicados gran parte de su tiempo en diversas partes del mundo como pasa con Sudamérica y el Perú, también, por supuesto.

Las opciones de Putin para aceptar la oferta de XI realmente son mínimas y por eso no será novedad que otrora, los rivales por la hegemonía asiática, hoy pactan por sus referidas circunstancias. Putin apretará porque quiere ganar la guerra y China coadyuvará suministrando los recursos para ello.

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