Para mis amigos todo
La arremetida transnacional contra el gobierno elegido por la mayoría de los peruanos (con la reserva de algunos, como este escriba; aunque convalidado en la práctica y los hechos), debiera ser de inmediato denunciada por el gobierno de Boluarte. Un país soberano no debe permitir que extranjeros intervengan en las decisiones que adoptan sus autoridades electas.
¡Para hacerlo precisamente existen las ONG! Entes que dependen financieramente de las grandes potencias/fortunas para sobrevivir. Recordemos que su principal misión es servirles en lo que les requieran. ¡De esa forma, aparentemente superan escollos como interferir en asuntos de política interna, limitados a los ciudadanos de cada nación, enseñándoles misiones para las cuales las ONG sí están autorizadas porque, nominalmente, “representan la voz de la sociedad”! ¡Una falacia monumental! Porque acá nadie ha votado para que funcionen las ONG. No obstante, las grandes potencias les han encomendado a las ONG hacer propia una campaña dizque para “promover valores democráticos”, pensando probablemente en que la mayoría de nuestra población es culta y entiende correctamente los mensajes que les repite el primer mundo vía las ONG.
Recientemente, EXPRESO puso de manifiesto esa farsa, al revelar que parte del clan informativo formado por RPP, La República y canales de YouTube como Epicentro, La Encerrona, recibieron fondos de USAID (gobierno norteamericano) vía la ONG Idea Internacional. Una mascarada para disimular el origen; hecho que multiplica la gravedad de la intromisión. Porque estos medios realizan una estridente oposición, solo mientras reciban fondos para financiar su actividad comercial. No obstante, esos US$ 7 millones ingresaron libres de impuestos al país y, probablemente, las ONG beneficiarias tampoco pagarán impuestos, alegando labores altruistas. Con el agravante de que las campañas mediáticas que estarían financiando representan propuestas atentatorias contra nuestra soberanía; incluso contra la seguridad nacional.
Este escriba fue probablemente el primero en felicitar al canciller Javier González-Olaechea cuando puso en su lugar al embajador de Canadá, por haber suscrito un brulote contra nuestro Congreso. Esta vez, le transmitimos a la flamante Embajadora de Estados Unidos en Perú, Stephanie Syptak-Ramnath, nuestro disgusto, por la elegía sin restricción que lanzó a favor de las ONG durante su primera comunicación con la prensa local. Toda actividad necesita límites, señora Embajadora.
Por ejemplo, el secretismo bajo el que actúan las ONG en nuestra nación. Estamos seguros de que eso no ocurre en EE. UU. Pero aquello no obsta para que a los demás países se les trate diferente; salvo que sus gobiernos sean dictaduras. Lo que, por el momento, no es nuestro caso. Aunque las campañas mediáticas que financian las ONG apadrinadas por su gobierno pudieran generar que en la siguiente elección peruana ocurra algo similar o incluso peor. Como precisó EXPRESO, denunciando la incoherencia de Estados Unidos, mientras allá exigen descontrol absoluto para las ONG en Perú, el Tío Sam está próximo a prohibir el uso de TikTok en su territorio.
Por lo demás, amables lectores, todo medio de comunicación que reciba fondos de las ONG ha vendido su línea periodística y, consecuentemente, está descalificado para opinar libremente.
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