Para estar prevenidos, necesario organizarse

La prevención es la preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar con cautela un riesgo o ejecutar algo para prevenir que no nos ocurra algo que no deseamos. Es estar preparados con cautela para que no nos ocurra un daño. Para ello, debemos realizar un conjunto de medidas con el fin de evitar (o disminuir) riesgos de hechos que nos causen daño. Solos podríamos hacerlo y también adoptar medidas para proteger a nuestra familia, pero si la posibilidad de daño es grande y envuelve a la sociedad, la prevención debemos adoptarla en conjunto con las demás personas susceptibles de que se les cause el mismo daño. Vale decir, debemos organizarnos.
La organización socialmente es un conjunto de personas que tienen el mismo fin, en este caso: defendernos si todos estamos expuestos a los mismos riesgos de daño. Para ello, estando todos expuestos a los mismos peligros y deseando evitar que se nos haga daño, debemos juntarnos (reunirnos) y plantear mutuamente nuestras necesidades de defensa contra los daños que otros nos puedan causar. Debemos estar comunicados con el fin de actuar coordinadamente, teniendo como objetivo la defensa colectiva de todos (se entiende de las familias). Esta es la finalidad. Una organización requiere la voluntaria aceptación de todos, tener un cuerpo directriz electo, con normas y fines concretos; es indispensable la autodisciplina y la disciplina colectiva de los integrantes de una organización.
Estamos viviendo momentos de constante peligro ante la delincuencia, que se ha incrementado y desarrollado con malhechores que van llegando de otros países y que han implementado diversas modalidades delincuenciales (como el hurto, robo, violación, asaltos, extorsión, intimidación, chantaje, secuestro, lesiones, asesinatos, etc.). En cualquier lugar nos asaltan. Nadie está seguro ni de día ni de noche en lugares públicos, establecimientos, vehículos, hasta en las viviendas. Estamos en constante riesgo (varones, mujeres y hasta ancianos y niños) de ser víctimas de los delincuentes. Lamentablemente, no se cuenta con la debida seguridad. La delincuencia está notablemente incrementada y, pese a las tenaces acciones policiales, no es derrotada.
Ante tan elocuente y constante peligro, no cabe otra medida que invocar a los padres de familia en general (de todas las calles, barrios y distritos) a que se organicen para estar prevenidos y defenderse de los delincuentes en todos los lugares, sea quien sea la persona que esté siendo víctima de los delincuentes.
¡Juntos hagamos correr a los delincuentes!

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