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ONG: basta de libertinaje

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Fecha Publicación: 06/06/2024 - 23:00
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Según información recabada por la UIF, en el periodo del 2018 al 2020 los montos reportados como ingresos a cuentas de Organizaciones no Gubernamentales ONG totalizan US$ 2,950’539,944.00 (más de Dos Mil Novecientos Cincuenta millones de dólares). Corresponden a rubros como Servicios Caritativos; Entes Religiosos, Académicos y Centros de Investigación Científicos; Promoción de las actividades artísticas y/o culturales; Representación/Defensa de Derechos de los Trabajadores (sindicatos, asociaciones, etc., involucrados en defender los DD HH y Civiles de las minorías), etc. Compromete a 36 sectores que, sin responsabilidad fiscal alguna, se encuentran exentos de toda evaluación sectorial sobre una, posible, exposición a riesgos de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo. Hablamos del gremio de ONG, u organizaciones sin fines de lucro. ¡Sólo en tres años las ONG que operan en el Perú han recibido del exterior casi US$ 3,000 millones por aquellos conceptos! Sospechosamente, semejante aporte coincide con el período durante el cual el Perú ha soportado la mayor convulsión social de su larguísima historia. Esto, incitado por unas algaradas populistas dependientes del abastecimiento de grandes recursos financieros para orquestar operaciones de violencia. Como las ocurridas a lo largo y ancho del país, precisamente encubiertas por sociedades secretas como las ONG. Estas, a su vez, amparadas por tratados que benefician a su argolla; vicio que, cuanto antes, debe ser suprimido y denunciado por el Perú. Porque, amable lector, el secretismo en cualquiera de sus formas –especialmente la crematística– está relacionado a crímenes que acaban atentando, justamente, contra el país que lo permite. Lo atestigua el período que vivimos de sanguinarias tomas de ciudades, incluyendo espacios estratégicos como comisarías, aeropuertos, etc. Nada de ello hubiese sido posible sin esos US$ 3,000 millones –o al menos, buena parte de ellos– que, coincidentemente, entraron al Perú en el período 2018 al 2021. Precisamente, cuando el terrorismo –trajeado de movadef, fenate o lo que fuere– venía orquestando aquel putch que desembocó en el triunfo de su candidato, Pedro Castillo, apoyado por burócratas comunistas como Salas Arenas y por tantos caviares manipuladores, beneficiarios de esos multimillonarios fondos secretos que reciben sus oenegés, sin pagar impuestos. Fondo negro de donde los caviares se enriquecen para, también, vivir como millonarios sin pagar impuestos.
Si este Congreso quisiera reconciliarse con la sociedad, debería ponerse firme ante las oenegés que mantienen jaqueado al Perú, estableciendo lo que existe en todo país civilizado. Es decir, un padrón fiscal, laboral, financiero, etc. para registrar, a cada ONG, hasta el último detalle informativo; que conmine jurídicamente a quienes las dirigen a responsabilizarse del pago de impuestos por todo ingreso que registre el Estado. Como sucede con cualquier ciudadano y/o empresa.
Haber dejado de hacerlo –por presiones mediáticas/políticas de la mafia caviar– puso a la camorra caviar como mecenas de las sanguinarias marchas que colocaron al Perú al borde de una guerra civil; y facilitó que el comunismo/senderismo manipule las elecciones de 2021, gracias a la labor de zapa del JNE que, todavía, preside Salas Arenas. El resto es historia.

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