Omar Gandarillas: se fue un gran aprista

Conocí a Omar Gandarillas, un hombre culto y muy inteligente, en octubre de 2012, estábamos haciendo una cena pro fondos junto a Diana López, quien dio las palabras inaugurales, y otros compañeros apristas para editar el primer número impreso de “Punto de Encuentro”, que fue una publicación impresa que hicimos luego con el mismo Omar y en la que participaron intelectuales reconocidos y políticos. Omar asistió a esa reunión y en la misma me pidió conversar porque creía importante apoyar a las nuevas generaciones. Me lo había presentado previamente por teléfono y el día de aquella cena mi compañero aprista y amigo exministro de Educación Grover Pango. Ese día también conoció a César Rodríguez, otro de sus grandes amigos de mi generación, con el que vio muchos proyectos de emprendimiento.

En diciembre de 2012 nos reunimos a solas y conversamos varias horas. Nuestras perspectivas sobre el futuro y el trabajo político a muy largo plazo coincidían mucho y siento que reafirmé mis convicciones en objetivos que no busquen lo inmediato ese día y también me quedé con la impresión de que lo convencí para redoblar su sacrificio por el Partido de Haya de la Torre. Desde allí no dejamos de conversar y coordinar casi ningún día, excepto las últimas semanas en las que su salud entró en etapa crítica.

Hicimos con él y con nuestro equipo 4 ediciones impresas de “Punto de Encuentro”, 17 ediciones impresas del semanario “Presente”, fundamos juntos el portal “Punto de Encuentro” que está próximo a cumplir 8 años. Pocos meses antes de la pandemia fundamos junto a él y a Luis Canepa y a Francois Novaro el “Centro para la Democracia Social”, la asociación civil con la que sostenemos reuniones para empezar a perfilar la agenda social. Antes ideamos un colectivo plural “Pensando en Todos Perú”. Fue una ayuda inestimable en la etapa en la que el equipo asumió por encargo de Alan García la “Dirección de Difusión de logros”, sobre la obra aprista.

He pedido en estos años al buen Omar reunirse y orientar metodológicamente a muchos compañeros jóvenes y a algunos colectivos y grupos. Nunca me dijo que no, siempre encontraba tiempo para el proyecto. Incluso por más de un año y medio instalé una tradición con él en un restaurante oriental bastante modesto de reunirnos con Iván Arenas, José Bulnes y Víctor Cárdenas y discutir algunos aspectos del nuevo relato que debía tener el Apra. En uno de esos miércoles sumamos al equipo a Álvaro Castro, que luego se encargó de organizar allí reuniones periódicas con dirigentes del partido. La revisión de los slides finales del mencionado relato recuerdo que consistió en una reunión de más de 5 horas en donde estuvieron presentes también Alan Salinas, Omar Vía y Miguel Estela. Fueron 10 años de hermandad y amistad, en la que no sólo me apoyó políticamente sino personalmente, dándome varios de los mejores consejos que me han dado en momentos complejos. Nunca olvidaré su fraternidad y su afecto familiar conmigo. En las últimas comunicaciones estuvo muy contento al ver algunos avances de nuestros proyectos y también por el viaje de sondeo que hicimos al sur con Iván Arenas.

Omar fue una estupenda persona, un hijo abnegado, un esposo ejemplar y un leal amigo. Un hombre brillante y lector voraz. También era un persistente emprendedor y un profesional respetado en muchos círculos. En su base aprista distrital de San Juan de Miraflores ha sido muy querido. El paso de Omar por este plano ha dejado huella en todos los que lo pudimos conocer. Ayer ha partido un gran aprista y un gran amigo. Mis condolencias públicas a Perla, su amada esposa. Y mi compromiso de culminar todo lo que planificamos con Omar en más de una década.