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Odebrecht quiere ser “honesta”

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Fecha Publicación: 23/11/2019 - 21:20
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El periodista de investigación Gustavo Gorriti sostiene que hoy Odebrecht lucha por ser honesta, que ha cambiado, que es otra. ¿Otra? En el supuesto negado que eso fuera cierto, la constructora brasileña le hubiese devuelto al Perú los más de diez mil millones de dólares que le robó a nuestra patria en complicidad con sus consorciados locales. Marcelito Odebrecht, cerebro del mayor hurto de la historia global, habría pedido perdón por el daño económico y moral generado a la sociedad, construiría la infraestructura requerida por los más pobres, hoy más carentes que ayer, y no exigiría pagos por más de cuatro mil millones de dólares en cortes nacionales e internacionales por el Gasoducto del Sur Peruano, las Hidroeléctricas Chaglla y Olmos, entre otras obras groseramente sobrevaloradas.

En 2016 cuando estalló el escándalo “Lava Jato”, la corrupta Odebrecht lanzó un comunicado diciendo: “Es necesario pedir profundas disculpas a la sociedad y a nuestros casi 10 mil trabajadores por los graves errores cometidos por ex dirigentes”. ¿Qué tal? Para estos, los delitos perpetrados en distintos países son apenas “grandes errores”. Como si eso no fuese suficiente desfachatez, sus ex ejecutivos han hecho de todo menos colaborar con la justicia nacional, dicen y desdicen, mienten y ocultan información, como lo ha hecho el propio IDL-Reporteros que dirige Gorriti al no publicar información que compromete el acuerdo de Odebrecht con los Estados Unidos por aportes a Cuba. El Nuevo Herald de Miami se ha referido a “correos nunca antes vistos, enviados entre 2007 y 2014, que indican cómo [Odebrecht] trató de ganarse el favor del clan Castro e intentó mantener fuera de la atención pública sus relaciones con Cuba” y que tales correos “fueron obtenidos originalmente por IDL-Reporteros en Perú, pero no se habían publicado”. ¿Por qué?

Gorriti pudo ganar un Pulitzer, fue el periodista que destapó la inmundicia de los brasileños y sus consorciados locales, descubrió los caminos del lavado de millones de dólares, la compleja triangulación en paraísos fiscales, calculó cuánto bien pudo hacerse si esos sobrecostos no hubiesen sido desviados y sí usados legítimamente por el Estados para la construcción de escuelas, de hospitales, de viviendas dignas para los más necesitados, entre otros. Hoy cree que la prostituta puede ser una señora de su casa, pero la brasileña tiene la entraña podrida desde que Marcelito O. la tomó, la hizo suya y la convirtió en una extensión de su petulancia y psicopatía. Su abuelo fundó una empresa y él la convirtió en fachada de la mafia internacional, y hará lo imposible para que Bartra y Vilcatoma, que la tienen bien tasada, no lleguen al Congreso. ¿Los dejaremos salirse con la suya?