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Ocupación: Ministro

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Fecha Publicación: 03/01/2020 - 22:00
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Conforme el gobierno es menos democrático, los llamados ministros de Estado son cada vez más anónimos. Colaborar con un régimen que dio un golpe, trastocando la democracia, significa que lo avalan y que no se hacen problemas con la violación de la Constitución. Eso de por sí ya los hace poco respetables. Están sometidos al gobernante de turno, sino pierden el puesto.

Si se le pregunta a la gente por los nombres de los miembros del gabinete nadie tiene idea. Incluso si el personaje en cuestión ha sido repetidamente nombrado por su vinculación con la corrupción, como es el caso de actual ministro de Transportes. La Fiscalía ya lo incluyó en las investigaciones de los desaguisados del hospital de Moquegua, pero al Ejecutivo no se le para ni un pelo.

Está como lapa en la roca, firmemente atornillado al cargo porque es funcional al presidente ‘de facto’. Es su ‘adú’ (amigo), trabajan juntos desde las doradas épocas moqueguanas, cuando Martín Vizcarra, entonces presidente regional, acumuló variadas denuncias por malos manejos en su función.

La anterior ministra de Salud tuvo que renunciar porque tanto pariente en la administración pública era un hecho execrable y desvergonzado. Pero costó trabajo. Ahí los medios obsequiosos con el poder tuvieron que criticar tal situación. La actual titular de Salud declaró muy oronda que no había inundaciones en el norte, descartando un Niño, mientras que en Piura las lluvias son abundantes y lo peor es que los sistemas de drenaje no funcionan.

Ni qué decir de la ministra de Justicia que estaba en modo navideño y no quiso pronunciarse sobre un dramático feminicidio. A modo de excusa sostuvo que ella tampoco respaldaba sus declaraciones, ¡plof! Nadie renuncia, aunque meta la pata profundamente. Vizcarra es tan laxo como frescales. A pesar de ello, la rotación en el puesto es grande: en cuanto el gobernante ‘de facto’ ve que su imagen está en peligro, corta la soga.

En democracia plena, el Congreso estaría alertando sobre todas estas ineptitudes porque hay representantes de cada departamento y es su función. Como fue disuelto, todo termina en lo mediocre y gris. La prensa ávida de publicidad estatal que ya se viene tiene que hilar fino en sus reportes sobre la ineptitud de las gestiones ministeriales. Ni qué decir del vergonzoso crecimiento del 2.3%; frente a ello los titulares dicen que este 2020 será de 4%.

Cualquier presidente o ministros con tantas ‘gaffes’ como las que vemos y sufrimos hoy en día estaría lapidado de críticas y fuertes ataques. Ahora no, vivimos en modo tonto o ciego. Tampoco alarma el ‘sueldazo’ ministerial: 30 mil mangos, más ‘grati’. Anualmente son 360,000 soles o 108,000 dólares. Salario que difícilmente obtendrían fuera de la cofradía ‘vizcarrista’. Con esas cifras, cómo no respaldar el golpe de Estado y cualquier otro menester.