Nunca más serás rechazada o rechazado
Desde el área emocional, el rechazo es un sentimiento adverso a uno mismo o a los demás, lo importante es cómo el receptor gestiona desde su voz interior esas expresiones, que pueden tener como resultado, acá no pasa nada o paralizarlo emocionalmente por no tener las herramientas necesarias para manejarlas, por lo tanto, hay que disfrutar lo bueno y canalizar lo malo para no dañarse.
Tu voz interior es el dueño de las emociones, la construcción de la personalidad fuerte y madura ayuda a saltar las olas que embisten las emociones; en cambio, sentirse desadaptado, las heridas por la vida, te ha costado relacionarte con las personas, sentirte raro en diferentes circunstancias es alimentar la inseguridad, nunca se olviden que el ser humano es el creador de su mundo, toma el control de tu vida.
Un joven adulto se sintió rechazado en muchos aspectos de su vida, especialmente en la escuela. Era un alumno tranquilo, no molestaba a sus compañeros, dificultades en su adaptación y relaciones, pocos compañeros se relacionaban con él, tenía miedo a la escuela, soltaba en llanto, los padres iban a conversar con los maestros, pero nunca se preocuparon por las causas que originaban ese estado emocional, confundían su situación como engreimiento y falta de respeto, cuando en el fondo era un niño que se sentía solo, vacío, incomprendido y rechazado, porque no le daban el lugar que le correspondía y la atención que requería. Ese niño no desarrolló un comportamiento sumiso sino rebelde como mecanismo de supervivencia emocional y en el fondo de su corazón lo orientaba hacer las cosas para seguir caminando, era un estudiante regular, deportista, lo único es que su carácter que no se adaptaba fácilmente a los diferentes escenarios, estudió en tres colegios, se retiró de dos por mala conducta y en el último colegio se encontró con varios compañeros que habían estudiado con él en las anteriores escuelas y que tenían las mismas dificultades pero avanzaban.
Siendo un joven adolescente que había concluido la secundaria, los problemas emocionales empezaron a sentirse con mayor intensidad, que lo obligó a recurrir a psiquiatras y psicólogos para encontrar respuestas a lo que le sucedía en su interior. No fue muy afortunado, la mayoría de los psiquiatras tenían una orientación biológica, es decir se limitaban a prescribir tabletas para disminuir los síntomas, empero no abordaban el fondo de los problemas, no hacían psicoterapia, y los psicólogos se limitaban a la administración de pruebas aportando soluciones limitadas sin solución a las dificultades que presentaba. Como preceptúa la sagrada Biblia, toca la puerta y se abrirá, así lo hizo, buscó a varios especialistas en la materia hasta que los encontró y pudo interiorizar que los problemas tenían su origen en el modelo familiar rígido, prejuicioso, desconfiado, religioso, en cada ambiente de la casa en la mayoría tenían imágenes de santos, sin que pudieran tener comunicación con el hijo y explicarle las cosas, igual los maestros de escuela, empero logró estabilizarse emocionalmente, encontrando respuestas a tantas preguntas a lo largo de su vida incontestadas. Se situó en el escenario correcto, estudió para abogado y psicólogo, felizmente casado, amado, comprendido y escuchado con hijos. Los temores, la angustia, la preocupación, las dudas, los vacíos existenciales han quedado en el recuerdo, ha aprendido a resolverlos, pueden aparecer, somos fruto del pasado que se refleja en el presente, pero está preparado para hacerle frente ante cualquier episodio emocional que le invada. Las heridas emocionales cicatrizaron, formando una personalidad férrea y sin miedo.
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