Nuevos ministros no deben cambiar equipos ya conformados
Algo que sucede históricamente en todos los ministerios es que cuando entra un nuevo ministro, este cambia a todos los funcionarios de acuerdo a la cantidad de “su gente” que quiere meter en el ministerio. Es un hecho que este tipo de componendas debilita las instituciones en general, pero cuando lo que debilitas es un sector como el de salud, pones en peligro la salud de millones de peruanos. Este jueves el presidente juramentó a la cuarta ministra de salud en lo que va de su periodo, la Dra. Kelly Portalatino, congresista y vocera de Perú Libre, ella será (si es que ya no perdí la cuenta) la ministra número 73 del gobierno de Pedro Castillo.
Si cada vez que cambiamos ministro, vamos a cambiar a todos los equipos que mal que bien ya se formaron meses atrás, pues entonces nunca vamos a poder mejorar el sector salud, y no estaremos preparados para afrontar cualquier situación que se nos presente en el futuro. Las instituciones que mejor funcionan son las que mantienen a los mejores independientemente de su raza, sexo, idioma, religión, opción política, o de cualquier otra índole. La meritocracia debe primar para que nuestros servidores públicos sean cada vez más profesionales en la administración pública para que la calidad de la atención a los ciudadanos mejore. Lamentablemente no es lo que hemos visto en los últimos meses, al cambiar y cambiar los ciudadanos estamos recibiendo peores servicios. En el caso de la salud cada vez que cambian de personal están afectando pacientes, no hay que olvidar que quienes más sufren son las personas vulnerables, “el pueblo”, todos aquellos que no tienen la opción de pagar una clínica privada o que no cuentan con un seguro.
El Ministerio de Salud debe garantizar que toda la cadena que presta servicios de salud sea garantía de profesionalismo y excelencia, que quienes prestan servicios sean profesionales de carrera y sobre todo que tengan la capacidad de velar por la salud y la vida de las personas cuando estas lo necesiten. Cuando hablamos de toda la cadena también nos referimos a la parte privada, el Minsa debe trabajar con los mejores proveedores de salud para asegurar el abastecimiento de medicamentos y de dispositivos médicos. Cambiar de un momento a otros proveedores que además son relativamente nuevos también es una mala señal porque disminuye la calidad de atención que finalmente reciben los pacientes. Cada cambio en el sector debe estar justificado y pensado para mejorar. Por último, la política nacional caótica que tenemos no debe mezclarse en las decisiones que se toman en el Minsa porque sólo incrementará las carencias tan evidentes que hay en el sector.
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