Nos volvimos ciegos

Desde hace un buen tiempo cayó un hechizo macabro sobre todos nosotros. Propició que seamos obcecados, cortos de vista y muy pero muy ilusos o necios. Un sector del país, azuzado por el odio al fujimorismo, miró con enorme satisfacción que el caco de Martín Vizcarra cerrara el Congreso, al que denigró previamente. Lo vitorearon, celebraron con su licor favorito.

El ‘Lagarto’ pillo destruyó toda la institucionalidad del país. Confiscó la independencia de la Fiscalía, del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, que sumisamente avaló el golpe de Estado.

Vizcarra hizo sus fechorías con el apoyo de un asesor argentino que ganó buen billete. Compró a cierta prensa, lanzando psicosociales por doquier. Narcotizó a una gran mayoría de peruanos, creando la imagen de un ‘Lagarto’ buenísimo, probo, moderno, sencillo. Impuso una dizque ‘reforma política’ que eliminó la reelección congresal, despedazando a la clase política. Los odiadores del fujimorismo, sus cómplices, aplaudieron como focas.

Vizcarra es responsable de la muerte de 100 mil peruanos durante la pandemia, de que no hubiera oxígeno, para qué recordar más. Cosa asombrosa, pese a que nos desvalijó y mató, no lo odian tanto como a la ‘China’, que no gobernó. Hoy tenemos a Sendero Luminoso en el gobierno y la tolerancia frente a ello es alucinante. Los Movadef ocupan ministerios sin problema. Nos concentramos en el ministro del Interior, el nefasto Barranzuela, personaje abominable ciertamente, pero no alarma tanto tener a un ministro de Educación, Carlos Gallardo, admirador de Abimael Guzmán y afín al Fenatep-Movadef.

Gallardo ha tenido los riñones de anunciar que “la recuperación de los aprendizajes, vamos a hacerlo con una nueva orientación curricular el próximo año”, priorizando “la situación vital, emocional”. Cambiará el currículo escolar, es terrorífico pero pasa piola. Estamos sedados. Pronto los jóvenes serán expertos en lucha de clases, dividirán el mundo entre pobres y ricos, serán antisistema. Los envenenarán y seguiremos mansos, ajenos. También comparó a la Fenatep con un jardín de varios colores y no hay reacción, menos indignación.

Quienes saben lo que está pasando en el Minedu callan. Son cómplices del neosenderismo. La premier, de izquierda ella, conoce perfectamente que el mandatario es ‘amiguis’ de Movadef. Cierra los ojos por conveniencia política. No sabemos quiénes visitan la casa de Breña donde despacha el gobernante. La premier no se alarma y los peruanos, pobres y ricos, lo toleran.

El ministro de Economía y el mandatario desbarran y los empresarios se tranquilizan cuando estos funcionarios dicen que no dicen lo que dicen. Nos clavarán impuestos abusivos, se levantarán Camisea, legalizarán (ya comenzaron) la hoja de coca y seguiremos alelados.

Cierto que la economía nos está ahorcando y tenemos preocupaciones. Los demócratas se quejan de que no hay liderazgo. Aunque con el pasmo en el que vivimos no lo habrá. Darle la confianza al régimen es irresponsable.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.