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Nos quieren ver la cara de cojudos

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Fecha Publicación: 18/08/2022 - 22:50
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En el Congreso no hay la menor intención de vacar a Castillo. Y quien allí afirme lo contrario lo hace de la boca para afuera, sabiendo que lo de la vacancia nunca se va a concretar para suerte de los 130 congresistas que, dada su esperpéntica aprobación pública, seguirían a Castillo por la puerta falsa. Lo cierto, lo concreto y lo real es que tenemos a un Congreso infiltrado de “niños” del Gobierno y, por otro lado, gente que no quiere dejar la mamadera hasta el 2026 porque tiene en mente la conservación de su economía familiar. Prueba de que no les interesa un ardite vacar a Castillo por las razones crematísticas antedichas es que ni siquiera se atreven a censurar al impresentable vejestorio Aníbal Torres que dice mondo y lirondo que los quiere poner “de rodillas” con una masa de pezuñentos. Apenas si lo “invitan” para que “explique” lo que quiso decir y si se refería a ellos. Es una burla a los pocos que todavía tienen confianza en este Congreso. Y la cosa está muy clara. No censuran a Torres porque entonces están a merced de la temida cuestión de confianza que los puede mandar a todos a su casa... ¡y no se quieren ir! Esa es la madre del cordero. Inventan una serie de pretextos. Dicen que se van pero que quieren dejar una serie de reformas políticas porque si no, de nada serviría vacar a Castillo si le sobrevivirán las mismas reglas de juego que amañó el lagarto con el beneplácito de los caviares. O sea, tenemos Castillo para las calendas griegas, aquellas que nunca llegarán.

Mientras, Castillo ya aprendió durante un año en palacio que tiene todos los poderes del presidente. Cheque en mano compra a diestra y siniestra a los gobernadores regionales ante la vista y paciencia del Congreso. Convoca también a todos los prefectos y subprefectos para coordinar y hacer realidad esa máxima senderista “del campo a la ciudad”. Reparte bonos para ganarse voluntades lánguidas pero mayoritarias, azuzando una lucha de clases y de razas. Sube en las encuestas pese a las evidentes cuchipandas reveladas por su entorno más cercano que empieza a entregarse a la fiscalía y a cantar, mientras en el otro lado la oposición o está en negación o ensaya alguna explicación de manual porque no puede creer que, pese a lo innegable, Castillo esté hoy más fuerte que hace un año. Ha usado, como en el jiujitsu, la misma fuerza de su adversario para neutralizarlo: querer quedarse.

Así, ha puesto en ridículo a los almirantes y generales - congresistas que, a falta de líderes políticos, llevan la batuta en el Congreso. ¡Si estos hubieran comandado en una guerra la habríamos perdido! No sirven para nada y el ladino y taimado sindicalista les ha torcido el brazo. Mientras tanto y para remate, a nosotros nos quieren ver la cara de cojudos con el cuento de que lo van a vacar. ¡Primero salen ellos que Castillo!

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