#NoALaCensura

El día jueves 24 de enero se realizó el primer acto de censura de este régimen. Las víctimas de este atropello contra la libertad de prensa, expresión y opinión han sido PBO radio (91.9 FM) y Willax televisión, dos acérrimos críticos del gobierno comunista de Pedro Castillo y sus aliados. Esto significa un antes y un después de este gobierno, como lo ha significado la demoledora entrevista de CNN de Fernando del Rincón al inquilino de Palacio. El hecho es que por un día las señales de ambos medios salieron del aire por una orden judicial propiciada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, bajo el pretexto de que la licencia de quienes alquilan la señal a ambos medios estaba vencida. Sin embargo, el gobierno de Pedro Castillo ha sido explícito en anunciar que los medios de comunicación de provincias, en especial las emisoras de radio, recibirán millones de soles en publicidad del Estado. Cabe precisar que esas radios, en su mayoría, son clandestinas porque operan sin licencia o tienen la licencia vencida. De ahí se sigue que el ataque contra PBO y Willax TV no es más que un grotesco ajuste de cuentas, sin contar que el pretexto del MTC para intervenir las señales es un entredicho resuelto ya en el Poder Judicial.

Así tenemos que el juez que ordenó la medida fue sorprendido por el MTC, mientras la operación no siguió ningún trámite regular, para empezar con una notificación. No es de extrañar lo acontecido. Pedro Castillo es enemigo de la prensa y lo ha demostrado desde el 28 de julio de 2021 en que asumió el poder sin responder preguntas de los medios ni convocar a ninguna conferencia sino hasta esta última semana en que, presionado por lo escandaloso que resulta un presidente que se niega a comparecer ante la prensa en una democracia, dio tres entrevistas, dos de las cuales fueron un lava caras y la última a un medio extranjero que no tiene el poder de controlar, lo dejó como palo de gallinero. Fue justamente allí que Pedro Castillo develó lo que siente por la prensa libre, negándose a calificar las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua como lo que son: satrapías en las que la libertad de prensa ha sido abolida. Sus secuaces los Cerrón, Vladimir y Valdemar, no han hecho sino refrendar con sus tuits la opinión que sobre la prensa tiene el gobierno comunista, alegando una “emboscada” o quejándose de que el entrevistador opinara luego sobre su propia entrevista y la impresión que le dio su entrevistado, cosa común en el mundo libre. Lo que nunca van a entender los comunistas es cómo funciona la libertad de prensa.

Esta misma semana, en Estados Unidos, un micrófono abierto le jugó una mala pasada al presidente Joe Biden. “Menudo estúpido hijo de puta” se le escuchó decir a Biden, refiriéndose al periodista Steve Doocy, corresponsal de la cadena Fox News. A Biden no le había gustado una de sus preguntas. Horas después, el mismo periodista anunció que el presidente lo había llamado para disculparse y asegurarle que no había nada personal en sus dichos. Doocky, luego de recibir las disculpas, le aclaró a Biden que seguiría siendo incisivo con él, a lo que el presidente le respondió que era lo justo. Para Castillo y su gavilla, sin embargo, lo “justo” es hacerse las víctimas y despotricar contra los extranjeros pidiendo respetar la “soberanía nacional”, sobre todo si hacen preguntas incómodas, mientras el propio presidente anuncia su intención de consultarle al “pueblo” regalarle territorio marítimo a Bolivia. ¡Que el Congreso interpele al ministro de Transportes y Comunicaciones y al canciller!

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