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No te desvíes de tu camino, evita andar en malos pasos

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Fecha Publicación: 25/12/2024 - 22:20
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Cada ser humano construye su pasado, presente y futuro a través de sus acciones y los valores que le ha inculcado la familia a través de la educación. Es importante tener presente que, para empezar a forjar la personalidad de un niño, es crucial que este desarrolle un alto concepto de sí mismo, es decir, que tenga una autoestima elevada y fortalecida, que lo lleve a definir su personalidad. Además, lo que él perciba de su entorno será determinante para su evolución como persona. Por eso, la familia, el entorno social más próximo, debe ayudar a que el niño logre tener confianza en sí mismo para que pueda defenderse ante los avatares de la vida, sin desviarse de su camino y evitando andar en malos pasos.
Si deseas que un niño desvíe su camino y ande en malos pasos, edúcalo de la siguiente manera: haz que se sienta insatisfecho de sí mismo, inconforme, rebelde, que busque refugio en las drogas, el alcohol, en los actos antisociales; estarás formando una personalidad predispuesta al margen de la ley. Construye una personalidad dependiente, sin iniciativa, falta de decisión, necesitando la aprobación de los demás. No hagas que se sienta fuerte, sino débil, inútil, bueno para nada. No lo trates con respeto ni magnanimidad. Dile que debe ser una persona perfecta, sin errores. De esa manera, le instalarás inseguridad y temor.
No lo oigas ni lo escuches, sin tener en cuenta que un niño que está en desarrollo tiene tantas preguntas por resolver. Ignóralo, no aplaudas sus logros, todo lo contrario, critícalo: “Lo debe hacer mejor, sin equivocación alguna”. Crearás una personalidad acomplejada. No le des importancia al hogar ni a la escuela, a pesar de que la formación psicológica de un niño tiene como base dos aspectos fundamentales: la escuela y un hogar feliz, padres y maestros. No lo hagas sentir orgulloso de lo que hace. Obsérvalo y cuestiónalo permanentemente diciéndole: “¡Así no se hace!”. No lo prepares para tener éxito, sino para el fracaso, y se sentirá impotente para hacer las cosas, frustrado, sin disposición para realizar actividades.
Compáralo con todo el mundo, diciéndole que todos son mejores que él, y obtendrás un niño no competitivo. Enséñale a ser un perdedor sin iniciativa. Hazlo egoísta, que no comparta sus juguetes. Primero él, segundo él, tercero él. Que no sea solidario con los demás, que no le preste los útiles, ni libros, ni la lonchera a sus compañeros. Dile: “¡Tú no puedes, hijo mío!”, y lo descalificarás para todo, en lugar de que aprenda a resolver sus propios problemas. No lo saludes el día de su cumpleaños, ni le regales nada. Que sea un día cualquiera, y lo harás más resentido de lo que es.
No le enseñes a aceptar a los demás. Sé racista, discrimina a las personas, y fabrica un niño inútil para consigo mismo y los demás. Hazlo sentir tonto, que todos se burlen de él, que no lo respeten, que se sienta marginado, que le roben sus cosas. No lo ayudes a quererse a sí mismo. Humíllalo siempre, hazlo sentir poca cosa, que no vale para nada. Que no acumule experiencias de vida de acuerdo a su desarrollo, que no aprenda nada. Créale sentimientos de culpa por todo lo que le sucede: por haber nacido, por estar en este mundo, porque “solo estorba”.
Si tu hijo se siente inútil, tendrá mayores posibilidades de no tener una gran personalidad. No alientes su aprendizaje progresivo, inculca siempre el mal ejemplo, y tendrás como resultado un delincuente, un enfermo mental cuyo final será la cárcel, el manicomio y el olvido por parte de la sociedad; y un futuro psicópata sin sentimientos de culpa, sin respetar las normas de una sociedad, incumpliéndolas sin el menor respeto a la autoridad, a la pareja que escoja, logrando ser una persona promiscua dedicada a los placeres mundanos, sin respeto a sí misma ni a los demás.
Con una incapacidad para mantener una actividad laboral constante, no podrá establecer una relación estable con el sexo opuesto, lo cual impedirá realizarse como padre. Viola constantemente los derechos de los demás, mostrándose irritable, impulsivo y agresivo con las demás personas. Aunque tenga un nivel intelectual promedio, hay sociópatas inteligentes, pero solo para lo malo, en todas las clases sociales, sin distinción alguna.

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