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“No sé tú”

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Fecha Publicación: 01/07/2021 - 20:30
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El título de esta canción del célebre Luis Miguel se me viene a la mente en los actuales momentos, porque presiento que la incertidumbre y la inestabilidad que le aguarda al Perú no se acabarán con las Elecciones Generales, a juzgar por algunas declaraciones afiebradas de líderes políticos, miembros de las Fuerzas Armadas en situación de retiro o en su caso, congresistas electos, entre otras figuras públicas, de negarse a reconocer el resultado oficial de la segunda vuelta, así hubiere proclamación y entrega de credenciales por parte del Jurado Nacional de Elecciones, si es que el ganador, como todo indica, lo será el profesor y sindicalista Pedro Castillo (PC). Así las cosas, no pareciera haber forma de arrancarle del “imaginario” a un sector de la ciudadanía que cree hubo irregularidades para ambos candidatos, a decir, un total de 39% de peruanos, según lo revela una encuesta nacional de Ipsos Perú. Se condiciona la legitimidad a un eventual gobierno de PC, a que se practique una Auditoría Internacional por parte de la OEA, la que a estas alturas parece inviable, máxime si esta organización junto a otros observadores del exterior ha saludado la transparencia del proceso electoral.

En medio de este ambiente de desconfianza y ánimos crispados, hay quienes piensan que detrás del sector que desconoce el triunfo de Castillo, aunque con estrecho margen de votos sobre Fujimori, según el conteo oficial de la ONPE, se esconde el fenómeno social del racismo que en buena cuenta es odiar, resistir a las personas por el color de su piel, su origen étnico, condición económica, creencias religiosas, etc., lo que se deja traslucir especialmente en las redes sociales, habida cuenta la procedencia del candidato de Perú Libre, de la sierra norte del Perú: Cajamarca.

Como sea, desde el retorno a la democracia en 1980 tras doce años de dictadura militar, los resultados de los comicios electorales celebrados desde entonces (salvo la re-reelección de Alberto Fujimori en el 2000) se han respetado, no se había en la proporción de ahora, tanto en forma y modo, cuestionado la legalidad y legitimidad de una autoridad electa, al extremo de hablarse recientemente por parte del ex candidato presidencial Alfredo Barnechea, de una “alianza” palabras más palabras menos, que se haría por mandato del Congreso, una “alianza militar-civil” que pondría al Perú en el siglo XXI. Palabras de grueso calibre que harían presagiar que una nueva conformación del Tribunal Constitucional, elegida de manera “exprés” por el Parlamento saliente y una mayoría conservadora en el próximo periodo legislativo, sería la combinación perfecta para jaquear a un eventual gobierno de Perú Libre, ponerlo contra las cuerdas y hasta de hacerle “jaque mate”, sin que hubiera terminado aún de instalarse.

Es una percepción, cierto, pero este grado de polarización y las acciones a corto plazo a adoptarse desde los poderes públicos pueden desatar un estallido social de consecuencias fatales. Por favor prudencia, estamos en medio de una pandemia, piensen en los de ciudadanos de a pie.

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