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¡No más oenegés sin fiscalización!

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Fecha Publicación: 20/05/2024 - 23:00
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Teóricamente, según lo manifiesta una de las oenegés más conocidas, una ONG es una organización privada sin fines “expresos” de lucro, que no participa en aspecto alguno con las entidades del Estado donde opera. Son, para todo efecto, entidades parasitarias entre órganos del sector privado e instituciones estatales, constutuidas y administradas por gente con metas afines: joder al país y hacerse ricos. Reciben financiación de diferentes espacios: gobiernos nacionales o extranjeros, empresas privadas, otras ONG, voluntarios, etc. sin que sus objetivos y métodos comprometan intereses de grupos de poder. Se sostienen como entes independientes en la esfera pública y privada. ¡Pero un Estado independiente, de ninguna manera permite que una ONG viva al margen del marco jurídico del país donde opere (sea promoviendo limpieza ecológica; avivando el unisexualismo, el matrimonio gay, la supremacía femenina, etc.), sin rendir cuenta sobre sus actividades; sus ingresos y gastos; y sin pagar impuestos!
No existiendo censo alguno, se presume que en el Perú operarían 375,000 oenegés sin control sobre sus ingresos/gastos. A lo que sí está sometido usted, amable lector. ¡Igual sucede en todo el orbe! En muchos casos desconocemos qué labor tienen: si operan en política; si promueven y/o financian acciones terroristas; si remuneran a agitadores para armar asonadas anti Estado pletóricas de sangre, desestabilización política, terror y muerte. ¡Sabiendo que luego, uno de los suyos –en la CIDH– juzgará, condenará y encarcelará a policías y militares –incluso al presidente del país agitado por el dinero opaco de las ONG– aprovechando imputaciones al viento de maltratar y/o asesinar a “inocentes” manifestantes, contratados por las oenegés!
Acá supuestamente la Agencia Peruana de Cooperación Internacional APCI orienta y articula la oferta y demanda de la cooperación técnica internacional, entre todos los niveles de gobierno y la llamada sociedad civil. Y brinda servicios de apoyo a la lucha contra la pobreza y/o la exclusión y desigualdad social. Esa definición aparece en la página Web de la APCI. En síntesis, se cree que en el Perú operan unas 375,000 oenegés. ¡Porque no existe un censo de las mismas! ¡Allí arranca el descontrol del Estado por el abuso que deviene vía la corrupción atizada por los propietarios de las oenegés! Por lo demás, tampoco existe control sobre los ingresos y egresos de las ONG, tanto provenientes de fuentes locales como internacionales. Menos sabemos de los rubros en los cuales “invierten” las ONG a lo largo del territorio. ¡Lo cual está prohibido en todos los países del planeta! Semejante descontrol facilita que las ONG financien acciones terroristas, por ejemplo –incluyendo golpes de Estado– sin que tengamos derecho a conocerlo. Oscurantismo intolerable desde todo punto de vista que necesitamos desterrar.
Respecto a la oenegé Instituto de Defensa Legal IDL, propiedad de Gustavo Gorriti Ellenbogen –cuyo millonario presupuesto acaba de descubrirlo Contrapunto de Willax–, nadie comprende cómo sigue funcionando sin declarar sus actividades y sin pagar un sol de impuestos. ¿Hasta cuándo permitirán semejantes barbaridades los señores congresistas? ¿Acaso la corruptela de las ONG también habría infectado a algunos de ellos?

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