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¡No más asistencia virtual, congresistas!

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Fecha Publicación: 08/01/2025 - 23:00
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El Perú atraviesa por una etapa de descomposición sociopolítica sin precedentes, sin considerar el serio problema de la inestabilidad económica y financiera motivada por tanto mediocre que viene ejerciendo el cargo de ministro de este trascendente sector. Esto, sin sopesar esa infernal ola criminal que diariamente genera decenas de ciudadanos muertos e incontables heridos; además del exponencial crecimiento de la informalidad y la exacerbación del tráfico y/o consumo de drogas. En síntesis, diariamente confirmamos que aumentan los problemas sociopolíticos y económicos, como parte de la normalidad de este, hoy, desdichado país, donde sus “autoridades” —título que definitivamente no encaja con la calidad de personas que fungen de serlo— hacen lo que les da la gana. A tal extremo, que tenemos a cinco presidentes de la República procesados por robarle al país, además de congresistas manchados por la delincuencia y ministros que no saben dónde están parados.
Sin duda, nuestros gobernantes han sido elegidos por una sociedad con demasiados analfabetos, lo que ha conducido al Perú a lo que es ahora: una gavilla de bribones, de pájaros fruteros, de criminales que le roban al pobre, de asesinos que aniquilan al inocente, etc. Pero estos gobernantes la pasan bomba, recibiendo unos sueldos que jamás volverán a exhibir, absolutamente desproporcionados a su incultura y su completa falta de preparación; no sólo profesional, sino fundamentalmente moral. Tanto que malversan su tiempo —pagado por Juan Pueblo— sin cumplir los cometidos que les impusiera el voto ciudadano, perjudicando así grave y permanentemente a la sociedad. Parte de estos aventureros de la política, convertidos en autoridades, son legisladores que, lamentablemente, en una inmensa mayoría constituyen el clan de menesterosos que fungen de “gente de gobierno”, cargando un cociente intelectual de lástima. A tal extremo que no sólo no compulsan su incapacidad mental, sino que hacen alarde de ella. Pero en caso de que tanta bajeza fuera insuficiente, los parlamentarios se dan el lujo de “trabajar” apenas unas horitas al día. Pero, eso sí, cobran hasta el último centavo del abultado sueldo que se han autoasignado, como si a cambio de su “servicio” se beneficiara el sufrido pueblo, con una labor parlamentaria a la altura que merece. En realidad, sucede lo contrario. Porque la mayoría de las normas que promueve y aprueba este Legislativo NO benefician al pueblo, sino que favorecen a los propios congresistas, a sus partidarios y a sus grandes amigotes, sea en lo económico, laboral y/o político.
Es tal el desparpajo de los congresistas que, de manera unilateral, decidieron no asistir presencialmente a las sesiones del Congreso ni a las demás labores que les obliga el cargo que ocupan. En los cónclaves congresales, solamente participa un grupito de legisladores conscientes de la responsabilidad que tienen con el pueblo.
¡Esto no debemos permitirlo, amable lector! Es una insoportable burla al Perú y un escarnio al pueblo. Los congresistas están OBLIGADOS A TRABAJAR POR EL PAÍS. Quienes los hemos elegido para ocupar estos cargos no debemos admitir que sigan burlándose de nosotros, beneficiándose con tantas gollerías que se han autoasignado y trabajando remotamente sin fiscalización alguna.

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