No fue lo apocalíptico que se esperaba
Ayer jueves 26 finalmente el premier Guido Bellido se presentó con sus ministros ante el Congreso a solicitar el voto de confianza para su Gabinete, su discurso de una duración cercana a las tres horas no fue lo apocalíptico que se esperaba, a juzgar por el Plan de Gobierno del partido Perú Libre con el que postuló en estas elecciones generales y por el discurso de campaña del otrora candidato, hoy presidente de la República Pedro Castillo y de sus principales líderes. El discurso brilló por sus omisiones (cambio climático, Sunedu, derechos de las poblaciones LGTBI, erradicación de la minería ilegal, salud mental, etc.), si bien estuvo compuesto de buenas intenciones, como en otros casos no se dijo cómo harán para aterrizar las mismas, no obstante viendo el “vaso medio lleno”, éste no fue confrontacional con el Legislativo, no se buscó ir al choque con este poder del Estado.
Pero la más grande omisión fue sin duda el de reforma constitucional (salvo un tema de elección descentralizada de un miembro del JNE), ciudadanía y empresariado estuvieron a la expectativa de que el presidente del Consejo de Ministros anunciara alguna iniciativa que impulsarían desde el Ejecutivo, pero no ocurrió como tampoco la voluntad de renunciar a ésta. Así las cosas, esta reforma continuará flotando en el ambiente, afectando la predictibilidad y seguridad jurídica necesarias para las inversiones, y es que no está bien dejar al país en esta especie de “limbo”, de incertidumbre jurídico-política de lo que vendrá a futuro en el Perú, perturbando la sana convivencia social. El Gobierno debe tomar una decisión para bien o para mal, cuyo color (aceptación) será según el cristal con que se mire.
Es claro que el haber omitido lo de una Asamblea Constituyente o modificaciones a la Carta Magna, obedece a una estrategia de obtener el “voto de investidura” del Gabinete Bellido; por el momento este aparente repliegue del Ejecutivo le da un respiro al premier y sus ministros, muchos de los cuales vienen siendo severamente cuestionados y los que, todo parece indicar, se enfrentarán en los próximos días a interpelaciones y posibles censuras, si es que antes no se dan los recambios a iniciativa del jefe del Estado, quien debe tener en cuenta que los ministros son sus pararrayos, sus fusibles, que el desgaste político, más aún tan prematuramente, no debe llegar a éste en primera instancia, al contrario él debe ser la última, y que las crisis políticas se resuelven refrescando el Gabinete o renunciando a quien la genera.
Luego entonces, ¿el premier Bellido se alzará con el voto de confianza?; siendo que no se requiere votación calificada sino simple más un voto de los asistentes al Pleno, de seguro la alcanzará, aunque hay que decirlo empiezan golpeados en su imagen ante la opinión pública. Para los efectos prácticos el Gabinete quedará habilitado, no obstante para ayer se le pedirá resultados.
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