“No existe sueño que no choque con la vida"
Y a era tiempo de que la Casa de la Literatura tuviera su grupo de teatro. Por fin el sueño se hizo realidad y se ha formado “El Quipu Enredado”, que cuenta con la participación de Maritza Castañeda, Charo Feijoo, Hilda Macchiavello y Hernán Martell, dirigidos por el experimentado, aunque joven director Roberto Sánchez-Piérola. La obra, que va todos los viernes hasta el 19 de julio, trata de la producción dramática de Juan Ríos (sus emblemáticas obras).
El grupo ha tenido un riguroso proceso de ensayos dando cuerpo a cuatro piezas del autor barranquino: Ayar Manco, Don Quijote, La Selva y Los Desesperados. Y lo ha hecho en la modalidad de creación colectiva con director, lo cual ha garantizado la agilidad del espectáculo como su condición pedagógica y lúdica que la aproxima idealmente a un público escolar y universitario. Los textos poéticos de Ayar Manco abren con energía muy andina y telúrica la obra y nos sitúan en el conflicto de los hermanos Ayar por lograr el poder. Luego transicionan hacia Don Quijote, donde las alucinaciones de manchego inmortal habitan la escena gracias al artificio de unas sillas y la imaginación desbordante de los actores. Dulcinea será hechura del público que con trazos voluntarios darán relieve a este personaje idealizado por Don Quijote.
Es así como en el trascurrir de una hora los actores prestan el cuerpo y la voz a los personajes de este autor fundamental en la historia del teatro peruano. Las denuncias explícitas e implícitas que formula el autor tienen vigencia en una sociedad que como la nuestra todavía no se puede deshacer de las taras del racismo y del machismo que tanto daño nos hacen. Todas las situaciones que nos pinta el grupo son poéticas y en ello va el talento y la experiencia de un director como Roberto Sánchez-Piérola que además es un excelente dramaturgo.
La obra, que trata de los sueños, como reza el título, es a la vez muy concreta en su percepción de la realidad, plantea caminos de reflexión muy ricos y logra contagiar un deseo de indagar sobre otros autores que como Juan Ríos tengan tan claro la misión del arte en la sociedad. El grupo ha seguido indagando sobre las posibilidades del teatro de revivir autores del pasado. Y lo ha hecho a partir de su experiencia de conversar con un público habido por enterarse de las producciones de autores peruanos.